El área de los fondos oceánicos fuera de la jurisdicción de los estados costeros, denominada “la Zona”, abarca nada menos que 260 millones de kilómetros cuadrados.
Una cifra tres veces superior a la suma de las jurisdicciones marinas de todos los países del mundo, y que apenas ha sido explorada. No obstante, existe un consenso entre la comunidad científica sobre el potencial que ofrece la exploración de estos recursos, considerados “patrimonio común de la Humanidad y regulados por la ISBA, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (organismo creado por la Convención de Naciones Unidas de Derecho del Mar, con sede en Jamaica), como un nuevo horizonte de inversión económica.
Entre los recursos minerales que pueden encontrarse se incluyen el petróleo, el gas natural, los hidratos de gas, los nódulos de manganeso, las costras ricas en cobalto, los sulfuros masivos ricos en hierro, zinc, níquel, oro o cobre, los áridos, y los yacimientos tipo placeres ricos en titanio, tierras raras, estaño, oro y diamantes. Si a estos recursos, se suman las biomineralizaciones con posibilidades como fuente de productos farmacéuticos, resulta evidente que la extracción de estos elementos y componentes, pueda ser de gran interés.
El tamaño y el valor de dichos recursos son poco conocidos, dado que la investigación en recursos marinos ha sido escasa y el desarrollo de la minería marina lento. Pero la actual oscilación del mercado mundial pone en relieve la importancia de ampliar el marco de conocimiento del lecho marino, como clave para el estudio de la viabilidad económica en la explotación de recursos minerales y en el desarrollo de nuevas tecnologías y actividades empresariales.
España, tradicional potencia marítima, tiene una especial responsabilidad en el fomento de la investigación científica en geología marina y en la exploración de los fondos oceánicos profundos en coordinación con países en vía de desarrollo, impulsando su infraestructura a través de proyectos conjuntos.
Este seminario reunirá en Madrid a los principales expertos mundiales en la materia y analizará la situación actual y las experiencias de otros países en la materia. Para España ofrece una oportunidad inmejorable de concienciar a la comunidad científica y a la opinión pública en general sobre la necesidad de que nuestro país tenga un mayor protagonismo y actividad en un sector que representa una “nueva frontera” para el conocimiento científico y para los intereses estratégicos futuros de la economía mundial.