La Eurocámara y el Consejo de la Unión Europea han alcanzado este lunes un acuerdo provisional para actualizar la normativa sobre recogida, tratamiento y vertido de aguas residuales urbanas. Este acuerdo extenderá la cobertura a las poblaciones de más de 1.000 habitantes (anteriormente era a partir de 2.000) para 2035, con el objetivo de fortalecer la protección del medio ambiente y la salud pública.
La Comisión Europea llevó a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea el pasado mes de diciembre debido al incumplimiento de la normativa de aguas residuales urbanas. La actualización de esta normativa es uno de los puntos clave del plan de acción de la Unión Europea para lograr la contaminación cero.
Virginijus Sinkevičius, comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, declaró que las aguas de la Unión Europea serán más limpias:
¿Qué son las aguas residuales y cómo se clasifican?
Las aguas residuales son aquellas aguas con impurezas cuya calidad ha sido afectada de forma negativa por la acción de los seres humanos. Proceden de vertidos de distintas fuentes, principalmente domésticas e industriales, pero también se usan en la agricultura, comercios, entornos urbanos y en la ganadería. Se les conoce de diversas maneras, como aguas cloacales, fecales, negras o servidas. Además, las aguas grises, que derivan del uso doméstico humano, también entran en la categoría de aguas residuales.
Los seres humanos empleamos grandes volúmenes de agua en nuestras actividades diarias, tanto en el hogar como en la industria. Una vez utilizada, esta agua es recolectada y conducida a través de sistemas de alcantarillado hasta llegar a las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR), donde se somete a procesos de tratamiento para su purificación antes de ser devuelta al medio ambiente en condiciones óptimas.
Según su origen, existen varios tipos de aguas residuales, cuya clasificación se recoge en la directiva europea 91/271 CEE. Este reglamento diferencia tres tipos de aguas residuales:
Actualizar la normativa para alinearla con los objetivos del Pacto Verde Europeo
Aunque la legislación vigente ha sido efectiva en materia de reducción de la contaminación del agua y en la mejora del tratamiento de los vertidos de aguas residuales en los últimos treinta años, esta revisión busca modernizar la normativa, ampliando su alcance y alineándola con los objetivos establecidos en el Pacto Verde Europeo.
Este texto provisional establece plazos para que los Estados miembros desarrollen un plan integral de gestión de aguas residuales urbanas, que incluya áreas con más de 100.000 habitantes equivalentes para 2033 y áreas en riesgo, con poblaciones de entre 10.000 y 100.000 habitantes, para 2039. Estos planes se revisarán al menos cada seis años, en concordancia con la Directiva Marco del Agua.
Según ha señalado la Eurocámara, los negociadores han acordado que, para el año 2035, todas las áreas urbanas con 1.000 habitantes o más deberán implementar un tratamiento secundario (eliminación de materia biodegradable orgánica) antes de su vertido al medio ambiente.
Además, cuatro años después, los veintisiete Estados miembros deberán asegurar el tratamiento terciario (eliminación de nitrógeno y fósforo) en todas las plantas que sirvan para poblaciones de 150.000 habitantes o más. Para 2045, las plantas que atiendan a áreas de 10.000 habitantes o más deberán implementar un tratamiento cuaternario de manera obligatoria para eliminar una amplia gama de microcontaminantes.
Fuentes: Redacción Ambientum, EFE VERDE, EL PAÍS, RETEMA