En el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC), existen grupos de investigación que estudian los patógenos más infecciosos que pueden afectar a la salud global.
“One Health” es un término expandido desde hace muchos años entre los especialistas. Este concepto indica que: la salud de las personas, los animales y el Medioambiente está estrechamente interrelacionada y es interdependiente. El objetivo perseguido desde la OMS (Organización Mundial de la Salud), es que exista una mayor colaboración interdisciplinar, pues es evidente tal y como aprendimos de la última pandemia, la cada vez más estrecha vinculación, entre la salud humana, animal y ambiental.
El objetivo, por tanto, es que la medicina, la medicina veterinaria, las ciencias ambientales, la entomología y otras disciplinas, trabajen de manera conjunta en favor de una salud global, hoy en Ambientum os hablamos un poco más acerca de estas vinculaciones.
Enfermedades zoonóticas, emergentes y reemergentes
Las enfermedades zoonóticas son aquellas que pueden transmitirse entre animales y seres humanos, y pueden ser provocadas por virus, bacterias, hongos y otros parásitos. La enfermedad puede pasar de los animales a los humanos, este caso se llama zoonosis. Y se llama zoonosis inversa cuando la enfermedad pasa del humano al animal.
Las enfermedades emergentes son enfermedades infecciosas que aparecen por primera vez en una población −humana o animal−, o que, aun estando presentes desde antes, pasan a comportarse de manera distinta.
Las enfermedades reemergentes son las que habían sido aparentemente erradicadas, o su incidencia había disminuido radicalmente, y vuelven a aparecer
Ejemplos
Uno de los patógenos zoonóticas mas famosos de los últimos años es el SARS-CoV-2. Pero no es el único. Según la OMS, un 60% de las enfermedades infecciosas humanas emergentes que se registran en el mundo procede de los animales. Algunos ejemplos son: La rabia, el SIDA, el ébola y la malaria.
Otros casos de patógenos zoonóticos menos conocidos son el virus del Nilo Occidental y el Dengue. Ambos son de origen africano. En 2023, el virus del Nilo Occidental provocó más de 1.100 casos en Europa, de los cuales 92 fueron mortales. El dengue se encontró en 92 países, contagiando a más de 6 millones de personas y causando la muerte de más de 6 mil afectados.
El dengue, una enfermedad de origen africano, causa síntomas similares a la gripe y puede evolucionar hacia formas graves, como el dengue hemorrágico. Actualmente, no hay tratamiento específico, pero existen vacunas para su uso en áreas endémicas. Por otro lado, el virus del Nilo Occidental, también de origen africano, provoca la fiebre del Nilo Occidental, donde el 80% de las infecciones humanas son asintomáticas, pero un 20% pueden desarrollar encefalitis o meningitis, y menos del 1% puede ser mortal. No hay cura ni tratamiento preventivo para humanos hasta el momento.
Estas enfermedades son transmitidas por vectores, esto significa que hay organismos vivos que hacen de vehículo transmisor de los agentes infecciosos. En el caso de estas dos enfermedades el vector son los mosquitos.
El estudio de varios patógenos de interés para la salud global
El INIA cuenta con grupos de investigación en el Departamento de Biotecnología y el CISA, que forman parte de la Red de Laboratorios de Alerta Biológica, dependiente de la Presidencia del Gobierno español. El CISA es un centro de referencia en España para la experimentación in vivo con agentes de alto riesgo y ha sido fundamental en los ensayos preclínicos in vivo de vacunas y fármacos antivirales para la COVID-19 desde 2020.
El grupo liderado por Jiménez-Clavero se centra en el desarrollo de métodos diagnósticos, con énfasis en el virus del Nilo Occidental. Por otro lado, Miguel Ángel Martín y su equipo trabajan en los virus dengue, Zika y del Nilo Occidental, con especial atención en el desarrollo de antivirales.
Covadonga Alonso e Isabel García-Dorival investigan virus emergentes como el SARS-CoV-2, el Ébola y otros, así como el virus de la peste porcina africana. Su enfoque se centra en comprender las estrategias virales de infección y su interacción con los organismos infectados.
El enfoque ‘One Health’ en pro de la salud global
Hay muchos factores que favorecen el intercambio de patógenos entre animales y humanos. Aparte de la distribución geográfica de los vectores, hay más elementos que pueden propiciar la expansión de enfermedades a nivel global.
- Crecimiento de la población humana: Esto provoca una expansión geográfica de los humanos, que aumenta la probabilidad de que haya contacto entre humanos y animales.
- La deforestación: Provoca la pérdida del hábitat para numerosas especies animales, lo que favorece el contacto entre estos y las personas.
- La contaminación ambiental: Crea condiciones propicias para la propagación y el surgimiento de enfermedades.
- La destrucción o alteración de los ecosistemas: La degradación ambiental y la pérdida de hábitats naturales pueden llevar a la migración de animales salvajes hacia áreas urbanas o agrícolas.
Para hacer frente a la realidad de las enfermedades zoonóticas, es crucial implementar medidas de vigilancia epidemiológica, especialmente en animales, para identificar qué patógenos están circulando y dónde.
Este enfoque permite una detección temprana, como se vio en el brote del virus del Nilo Occidental en Sevilla en 2020, lo que facilita su control y prevención, especialmente en situaciones como la pandemia de COVID-19, donde la identificación rápida es fundamental.
Los científicos enfatizan la importancia del enfoque One Health, que reconoce la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental. Por ejemplo, para abordar enfermedades transmitidas por mosquitos, como el virus del Nilo Occidental, es esencial controlar y contener estos insectos, lo que requiere la colaboración de expertos en diversas disciplinas, como entomólogos.
Además, se destaca la necesidad de fortalecer la colaboración multidisciplinar a todos los niveles, promoviendo la interacción entre los ministerios responsables de la sanidad animal, humana y ambiental. Esta cooperación es fundamental para desarrollar estrategias eficaces y mitigar el riesgo de enfermedades zoonóticas.
Fuente: CSIC, Iole Ferrara Romeo