En el horizonte, la prohibición de Europa a partir del 1 de enero de 2035 para que sea imposible vender nuevos modelos de automóviles con motores de combustión: ni diésel ni gasolina ni híbridos. Sin embargo, los ya adquiridos sí podrán continuar circulando hasta el año 2050. Esto significa que si usted está pensando en comprar un coche, ahora mismo puede elegir entre híbridos, eléctricos, diésel, gasolina, a través del mercado de segunda mano o directamente nuevo.
La decisión final dependerá de numerosos factores, aparte del bolsillo de cada uno. En este sentido, cabe señalar la firme apuesta que el Gobierno hace dedicando 1.200 millones de euros en ayudas para aquellas personas que opten por los eléctricos y los híbridos enchufables, aparte de la desgravación del 15% en el IRPF. A continuación, una comparativa con los puntos más relevantes:
Pros y contra de los automóviles eléctricos
Este tipo de vehículos son respetuosos con el medio ambiente y silenciosos. Además, su seguro es más económico, facilitan la movilidad en las ciudades con restricciones y, según los expertos, el mantenimiento resulta menos costoso, ya que tienen menos piezas que se desgastan en comparación con los vehículos de combustión (cambios de aceite, correa de distribución, filtros…). Su tecnología es más avanzada y en muchos lugares conlleva beneficios fiscales y exención de impuestos: descuentos en peajes, estacionamiento gratis…
Sin embargo, la red de puntos de recarga es aún muy reducido. Actualmente, en España hay 25.180 de acceso público instalados, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) incluidos en el Observatorio de Movilidad Sostenible, y en 2030 debería haber 300.000. El ritmo es lento, mucho más que el de nuestros vecinos europeos. En este sentido, el director general de ANFAC, José López-Tafall, recuerda que “tan importante es que haya vehículos electrificados en circulación como que sus usuarios tengan la certidumbre de poder cargarlos en cualquier trayecto y momento”.
Otro de los inconvenientes es la poca autonomía. Con una carga, los modelos actuales pueden recorrer entre 200 y 400 kilómetros. Es necesario crear baterías de mayor capacidad de almacenamiento. Por otro lado, la menor potencia, faltan talleres especializados, la contaminación asociada a la generación de la electricidad y, por supuesto, el precio. Son notablemente más caros, aunque López-Tafall insiste en las ayudas y la deducción en el IRPF.
Ventajas e inconvenientes de los coches híbridos
En cuanto a los híbridos, implican menos emisiones a velocidad urbana, su funcionamiento es silencioso, supone menos dependencia de los puntos de recarga y el gasto en combustible es menor. Además, se pagan impuestos más económicos. Sin embargo, tienen menos potencia y su precio es más elevado que el de los coches convencionales; su batería puede generar inconvenientes de toxicidad, no es reutilizable; el mantenimiento es más costoso por la especialidad y no cualquier taller está preparado. Para acabar, el precio está por encima de los automóviles tradicionales.
Diésel y gasolina, sus más y sus menos
Si estamos pensando en diésel, estos coches son significativamente más baratos que las anteriores propuestas, suponen un menor consumo en trayectos largos y tienen una larga autonomía, aparte de ofrecer más fuerza y capacidad de arrastre. En el otro lado de la moneda: restricciones de circulación en las ciudades, contaminación del medio ambiente, su mantenimiento es más caro que el de los eléctricos y los de gasolina y el propio precio del combustible.
Por último, los automóviles de gasolina ofrecen mayor autonomía, potencia, más rendimiento en carretera, capacidad para sobreponerse en situaciones de adversidad y un precio mucho más barato. Sus desventajas: el coste de la gasolina, los gastos del taller (sus motores tienen muchos accesorios) y, por supuesto, no son en absoluto amigables con el medio ambiente.