Campaña “La mayor disputa oceánica del mundo”, busca proteger los fondos marinos

La minería en aguas profundas, una de las amenazas más recientes y controvertidas para los ecosistemas marinos, enfrenta una creciente resistencia global. Liderando este movimiento está Deep Rising, una iniciativa internacional que ha lanzado la campaña “La mayor disputa oceánica del mundo”. Este proyecto ambicioso busca movilizar a ciudadanos de todo el planeta para proteger los fondos marinos de la Zona Clarion Clipperton (CCZ), un área vasta y vulnerable situada en el Océano Pacífico, de los riesgos inherentes a la explotación minera.

Un llamado global para proteger un ecosistema único

La Zona Clarion Clipperton, que abarca más de 4,5 millones de kilómetros cuadrados, es un ecosistema excepcionalmente rico y único en el planeta. En esta área, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés) ha autorizado la posibilidad de explotar tres millones de kilómetros cuadrados, lo que equivale al tamaño de la India. Esta decisión pone en peligro un patrimonio común que, según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM), debería protegerse para las generaciones futuras.

Lejos de ser un espacio inerte, los fondos marinos de la CCZ son el hogar de formas de vida esenciales para el equilibrio ambiental del planeta. Entre estas se encuentran los nódulos polimetálicos, formaciones naturales que tardan millones de años en desarrollarse y que son clave en la producción de “oxígeno oscuro”, vital para la vida marina. Además, actúan como importantes sumideros de carbono, desempeñando un papel crucial en la mitigación del cambio climático.

“La explotación minera de los fondos marinos aún no ha comenzado. Tenemos la oportunidad única de cambiar el curso de la historia y detener otra industria extractiva antes de que cause daños irreparables a nuestro planeta”, señala Matthieu Rytz, director del documental Deep Rising, producido y narrado por el actor Jason Momoa.

Minería profunda: promesas y riesgos

Los nódulos polimetálicos son ricos en minerales como el níquel y el cobalto, recursos clave para el desarrollo de tecnologías de energía verde. Sin embargo, la comunidad científica advierte que la extracción de estos recursos podría generar consecuencias devastadoras. La destrucción de estos ecosistemas no solo eliminaría sumideros de carbono cruciales, sino que agravaría la crisis climática y aceleraría la pérdida de biodiversidad.

“Una vez destruidos, estos ecosistemas se pierden para siempre”, afirma Surangel Whipps Jr., presidente de la República de Palaos, país que se ha unido como socio clave en esta lucha global. Este archipiélago en el Pacífico, compuesto por más de 500 islas, representa una de las regiones más vulnerables al cambio climático, y su gobierno destaca el papel fundamental de los océanos en la estabilización del planeta.

Un enfoque innovador para la acción colectiva

Para combatir esta amenaza, la campaña “La mayor disputa oceánica del mundo” propone una iniciativa sin precedentes: dividir los fondos marinos de la CCZ en 8.100 millones de coordenadas GPS únicas, representando a cada habitante del planeta. A través de una plataforma digital basada en tecnología web3, cualquier persona puede reclamar simbólicamente una coordenada, convirtiéndose en un guardián de este patrimonio colectivo.

Cada participante recibirá un certificado digital conocido como DEEPSEA NFT. Este certificado, diseñado con formas de vida marina de las profundidades, no es intercambiable con fines lucrativos y está respaldado por tecnología blockchain sostenible, garantizando transparencia y una baja huella de carbono. La plataforma, disponible en 90 idiomas, busca democratizar el acceso a la información y movilizar a las comunidades globales hacia la preservación de este ecosistema crítico.

Apoyo internacional y alianzas estratégicas

Además de la participación de Palaos, la campaña cuenta con el respaldo de organizaciones globales y expertos independientes. Estas alianzas no solo amplifican el alcance del mensaje, sino que también ayudan a educar a comunidades locales sobre los riesgos que implica la minería en aguas profundas.

“La minería en aguas profundas amenaza con transformar uno de los últimos ecosistemas prístinos de la Tierra en una zona de destrucción”, enfatiza Rytz. Frente a esta realidad, la campaña apela a la solidaridad global y la acción inmediata para garantizar que los océanos sigan desempeñando su papel esencial en la regulación del clima y la biodiversidad planetaria.

Un futuro en juego

La minería en aguas profundas representa una encrucijada para la humanidad. Mientras la industria promete soluciones para la transición energética, los riesgos asociados son innegables. La protección de los fondos marinos no es solo una cuestión de preservar la biodiversidad, sino también de asegurar un futuro sostenible para las próximas generaciones.

Con la campaña “La mayor disputa oceánica del mundo”Deep Rising ofrece una oportunidad tangible para que cada persona asuma un rol activo en la defensa de este patrimonio común. Como concluye Whipps Jr., “los fondos marinos no son solo un recurso; son nuestra herencia compartida”.

El momento de actuar es ahora. Frente a una industria extractiva que amenaza con profundizar la crisis climática, esta iniciativa representa una esperanza para salvaguardar uno de los ecosistemas más valiosos y desconocidos del planeta.

 

Redacción Ambientum



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