Un nuevo estudio científico alerta sobre la aceleración del deshielo en el Ártico, lo que podría provocar que el océano más septentrional se quede sin hielo en verano antes de lo previsto.
Según este análisis publicado en la revista ‘Nature Communications’, el primer verano en el que el Ártico esté prácticamente libre de hielo podría ocurrir tan pronto como en 2027. Investigadores de la Universidad de Colorado en Boulder y la Universidad de Gotemburgo en Suecia utilizaron modelos climáticos para llegar a esta conclusión.
«Hemos alterado fundamentalmente una de las características definitorias del Ártico», afirmó Alexandra Jahn, climatóloga de la Universidad de Colorado y coautora del estudio. La pérdida acelerada del hielo marino en el Ártico, causada principalmente por el calentamiento global, tendrá un impacto significativo en el clima y los ecosistemas de la región y del planeta en su conjunto.
Declive constante
Según los datos recopilados, la capa de hielo ártico se redujo este año a 4,28 millones de kilómetros cuadrados, una cifra que, aunque no supera el mínimo histórico de 2012, sigue siendo significativamente inferior al promedio de los años ochenta. Este declive constante del hielo marino es una clara señal del calentamiento global y sus impactos en las regiones polares.
Los científicos han advertido que si la pérdida de hielo continúa a este ritmo, podríamos llegar a un punto en el que el Ártico esté prácticamente libre de hielo durante los meses de verano. Cuando la extensión del hielo marino desciende por debajo del millón de kilómetros cuadrados, se considera que el océano Ártico está en un estado de hielo mínimo.
Consecuencias de la pérdida de hielo
Las consecuencias de esta pérdida de hielo son múltiples y graves. El hielo marino actúa como un escudo que refleja la radiación solar, ayudando a regular la temperatura del planeta. Sin este escudo, el océano absorbe más calor, lo que acelera el calentamiento global y contribuye al aumento del nivel del mar. Además, la desaparición del hielo marino tiene un impacto directo en los ecosistemas árticos y en las comunidades indígenas que dependen de él para su subsistencia.
Este nuevo hallazgo subraya la urgencia de tomar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global. Si bien el Ártico está experimentando cambios sin precedentes, aún hay una ventana de oportunidad para actuar y mitigar los peores impactos del cambio climático.