La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, ha participado en un evento del Foro Económico Mundial en Davos para abordar los retos de la transición energética en los clústeres industriales. Durante su intervención, Aagesen destacó el modelo verde español como una estrategia integral que combina sostenibilidad, crecimiento económico, seguridad energética y justicia social.
Planificación estratégica para un futuro sostenible
La ministra subrayó la importancia de la planificación y la colaboración público-privada en el desarrollo de infraestructuras energéticas limpias a gran escala. España cuenta con una hoja de ruta clara y ambiciosa, reflejada en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) actualizado para 2030, así como en su Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo para 2050. Estas iniciativas buscan maximizar las oportunidades económicas y sociales derivadas de la transición energética.
“Cuando se tiene una planificación, los retos pueden convertirse en oportunidades”, señaló Aagesen, destacando la necesidad de proporcionar un marco político claro que genere certidumbre para los inversores y confianza en la sociedad civil. Esta visión estratégica permite a España avanzar hacia un modelo económico más competitivo y sostenible, alineado con los objetivos de descarbonización y seguridad energética.
Resultados tangibles de la transición energética
Los objetivos para 2030 incluyen una reducción del 55% en las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 2005, así como una mejora significativa de la autonomía energética, pasando de una dependencia del 73% en 2019 a un 50%. Además, el impulso de las políticas verdes duplicará el crecimiento del PIB en comparación con un escenario sin medidas sostenibles.
El enfoque español también destaca por incorporar un análisis de impacto socioeconómico en sus planes. Esto ha sido muy valorado tanto por la sociedad como por el sector empresarial, ya que asegura que la transición sea justa y beneficiosa para todos los actores implicados.
Hidrogeno renovable: el pilar de la descarbonización
Uno de los ejemplos más destacados de la estrategia española es el desarrollo del hidrógeno renovable, que ha pasado de ser un ámbito de investigación a convertirse en un elemento central de la descarbonización. En los últimos cinco años, España ha invertido 1.350 millones de euros en el desarrollo de valles de hidrógeno renovable, movilizando recursos adicionales del sector privado y del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Estos clústeres fomentan sinergias entre productores y usuarios industriales, permitiendo la producción y el consumo a gran escala de hidrógeno verde. Esto no solo reduce costes, sino que también refuerza el liderazgo de España en innovación y energías renovables.
Hacia un liderazgo global en energías limpias
El modelo español, basado en una planificación integral y la promoción de colaboraciones estratégicas, ha demostrado ser una vía eficaz para abordar los retos globales del cambio climático y la transición energética. Aagesen concluyó su intervención en Davos reafirmando el compromiso de España con la sostenibilidad y destacó la importancia de seguir trabajando en una visión compartida para 2030 y 2050.
Con estas iniciativas, España no solo avanza hacia la descarbonización de su economía, sino que también se posiciona como un referente internacional en energías limpias y desarrollo sostenible.