Tormenta solar 2024
An image taken of the fantastic northern lights from alongside the Dalton Highway at the Arctic Circle landmark in northern Alaska.

En mayo de 2024, el Sol desató una de las tormentas geomagnéticas (o tormenta solar) más poderosas registradas en las últimas décadas. Este evento, clasificado con una intensidad G5, impactó profundamente en sistemas tecnológicos y ambientales de la Tierra, dejando también un legado científico que ha abierto nuevas vías para el estudio del clima espacial.

Un reciente estudio realizado por Jordi Díaz Cusi, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Geociencias Barcelona (GEO3BCN-CSIC), reveló cómo este fenómeno quedó registrado en estaciones sísmicas de todo el planeta, mostrando que las tormentas solares no solo afectan las capas más externas de la atmósfera, sino también la capacidad de nuestras herramientas de monitoreo geofísico.

La tormenta solar más larga registrada

Entre el 10 y el 13 de mayo de 2024, una eyección de masa coronal proveniente del Sol alcanzó la Tierra, desencadenando una tormenta geomagnética sin precedentes por su duración: más de 55 horas de actividad continua. Este fenómeno produjo intensas auroras boreales visibles en latitudes inusualmente bajas y alteró diversos sistemas, como las redes eléctricas y los satélites, además de afectar a animales migratorios que dependen del campo magnético terrestre para orientarse.

La investigación publicada en Scientific Reports demuestra que las señales magnéticas generadas por esta tormenta fueron captadas en frecuencias bajas por sismómetros de banda ancha, instrumentos diseñados inicialmente para registrar vibraciones sísmicas, pero que han mostrado ser útiles en el monitoreo geomagnético.

Nuevas herramientas para el estudio del clima espacial

Históricamente, los magnetómetros han sido los instrumentos principales para registrar los cambios en el campo magnético terrestre. Sin embargo, el estudio liderado por Jordi Díaz propone un enfoque innovador: el uso de sismómetros de banda ancha como herramientas complementarias para estudiar tormentas solares.

Durante la tormenta de mayo de 2024, se obtuvieron más de 300 trazas sísmicas en Europa, comparadas con apenas 30 registros provenientes de magnetómetros. Esta mayor cobertura geográfica ofreció datos más detallados sobre la evolución temporal de las variaciones magnéticas.

“Las variaciones bruscas del campo magnético pueden interferir en los registros sísmicos, pero esta interferencia también proporciona una oportunidad única para estudiar las tormentas solares y sus efectos en el planeta”, explica Díaz en el artículo científico.

Impactos y aplicaciones prácticas

Los datos obtenidos durante esta tormenta solar tienen implicaciones significativas para varios sectores:

  1. Infraestructuras críticas: Las tormentas geomagnéticas pueden alterar el funcionamiento de redes eléctricas, sistemas de comunicación y satélites. Contar con herramientas adicionales, como los sismómetros, podría mejorar la detección temprana de estos eventos y facilitar la mitigación de sus impactos.
  2. Avances en la investigación científica: Este enfoque interdisciplinar permite combinar datos sísmicos y magnéticos, abriendo nuevas líneas de investigación para entender mejor la interacción entre el clima espacial y la Tierra.
  3. Conservación de la biodiversidad: Las tormentas solares afectan la orientación de aves y mamíferos migratorios. Estudios como este podrían aportar información clave para proteger especies vulnerables frente a cambios en el campo magnético.

Una mirada al futuro

El uso de sismómetros en la investigación geomagnética representa un avance revolucionario en el monitoreo del clima espacial. Aunque estos instrumentos no reemplazan a los magnetómetros, su amplia distribución global y su capacidad para registrar variaciones magnéticas detalladas los convierten en aliados clave para comprender fenómenos como las tormentas solares.

La colaboración internacional en plataformas como EIDA-EPOS y la FDSN ha sido crucial para recopilar y analizar los datos de la tormenta de mayo de 2024. Estos hallazgos podrían transformar nuestra comprensión del clima espacial y consolidar estrategias de mitigación frente a futuros eventos magnéticos de gran intensidad.

En palabras de Jordi Díaz, “el número de sismómetros en funcionamiento a escala global es considerablemente mayor que el de magnetómetros. Aprovechar esta ventaja nos permitirá estudiar de manera más precisa y extensa los impactos del clima espacial sobre la Tierra”.

Este estudio no solo destaca la importancia de la investigación interdisciplinaria, sino también el papel clave de la innovación en la búsqueda de soluciones frente a los desafíos ambientales y tecnológicos que plantea el cambio climático espacial.

Referencia científica:
Díaz, J. Monitoring May 2024 solar and geomagnetic storm using broadband seismometers. Sci Rep 14, 30066 (2024). https://doi.org/10.1038/s41598-024-81079-6

 

Redacción Ambientum



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