Durante 2008, en que la fabricación de productos semielaborados registró una caída considerable y el mercado de las materias primas se vio sumergido en la recesión global, el clima económico no estimuló el reciclaje en los principales países consumidores de cobre.
En Europa, sin embargo, el 43% de la demanda de cobre se cubrió con cobre reciclado, en comparación con el 41,3% en 2007. En 2010, con la mayoría de los sectores registrando crecimientos, la demanda de cobre continúa siendo elevada y su reciclaje seguirá siendo clave para satisfacerla.
El cobre, al contrario que otros metales, puede ser reciclado una y otra vez sin perder sus propiedades o rendimiento: el cobre reciclado es exactamente igual que el cobre primario, sin importar el número de veces que haya sido reutilizado.
Europa incrementó su consumo de cobre reciclado
Europa, Rusia incluida, fue en 2008 la única de las principales regiones consumidoras de cobre que registró un crecimiento significativo en la proporción de cobre reciclado que se utilizó. Ese incremento supone que en esta región del mundo se utilizaron 2,5 millones de toneladas de cobre reciclado.
Si se atiende sólo a los datos de los países miembros de la Unión Europea, el ratio pasó de un 38% en 2007 a un 40% en 2008. La producción de cobre refinado secundario pasó de 800 Kt a 857 Kt, mientras que la fusión directa de chatarra se redujo de 1.242 Kt a 1.150 Kt. El volumen de chatarra reciclada se ha reducido de 2.042 Kt en 2007 a 2.007 Kt en 2008, pero esta disminución se ha visto compensada por el descenso en la producción de semielaborados, dando como resultado un crecimiento en la proporción de cobre reciclado.
Utilización de cobre en Europa
A nivel mundial, el consumo de cobre reciclado ha crecido un 20% en cinco años, pero registró una pequeña caída en 2008 (2,6% menos que en 2007). La reducción de un 5,2% se debió a la disminución del reciclaje directo de “chatarra nueva” (refundición de desechos que proceden del proceso de fabricación).
Además de los efectos de la recesión global en los países desarrollados, la caída del precio del cobre refinado también ha limitado la necesidad de llevar a cabo la refundición directa en fábrica. En 2008 este tipo de reciclaje se vio afectado por la caída en la fabricación de productos semielaborados en la mayoría de países productores (como Estados Unidos, Japón, Alemania, Italia, Taiwán, Corea del Sur y Francia). Por otra parte, la producción de cobre secundario (cobre reciclado a partir de productos que han concluido su vida útil) ha experimentado un incremento de 3% respecto a 2007. Si lo comparamos con 2002, la cifra ha crecido en un 49%.
El consumo de cobre sigue creciendo pese a la recesión
Pese a los efectos de la recesión en la mayoría de países consumidores de cobre en 2008, en todo el mundo se han utilizado 23,5 millones de toneladas de cobre, una cifra similar a la de 2007 (-2%). Apreciado por sus propiedades únicas tales como la mejor conductividad eléctrica y térmica entre los metales de uso común, así como su durabilidad y sus propiedades antimicrobianas, el cobre es un material clave para la innovación en un gran número de sectores: energías renovables, mejora de la eficiencia energética, construcción sostenible y sistemas de transporte.
Para hacer frente a la creciente demanda mundial de cobre, que se ha incrementado en un 140% desde 1976, y para dar soporte a la industria del cobre, es vital que el cobre reciclado esté disponible a precios competitivos, como complemento esencial de la producción primaria.
La industria depende cada vez en mayor medida del reciclaje, que no sólo le permite absorber las variaciones en los precios de las materias primas, sino también aprovechar una de las mejores cualidades del cobre, que es su capacidad de reciclaje. Sólo la producción de cátodos con cobre reciclado ahorra alrededor de 700.000 toneladas de emisiones de CO2 cada año.