Las organizaciones Ecologistas en Acción y WWF acatan la sentencia del Tribunal de Justicia de Luxemburgo sobre el impacto de esta infraestructura sobre el hábitat del lince, pero no la comparten. Las dos organizaciones denuncian la incongruencia entre los argumentos analizados y el resultado final, y se ratifican en su decisión de continuar trabajando para que esta dañina vía sea devuelta a su estado original.
La sentencia, hecha pública hoy, responde a la queja planteada por ambas organizaciones ante la Comisión Europea, a causa del asfaltado llevado a cabo en 2001 por la Consejería de Agricultura, que supuso la transformación de camino rural a carretera en la vía entre Villamanrique de la Condesa (Sevilla) a El Rocío (Huelva). Se trata de una vía en el Parque Natural de Doñana, que atraviesa zonas de alto valor ambiental, protegidas por varias directivas europeas.
Una barrera para las especies
La sentencia reconoce que las “infraestructuras lineales de transporte constituyen una auténtica barrera para las especies, al fragmentar su zona de expansión natural”. Además, “los atropellos se han convertido en la principal amenaza para el lince ibérico en un camino irregularmente asfaltado por la administración”.
El camino atraviesa una de las dos únicas vías de dispersión del lince ibérico en Doñana, concretamente por la que los linces se mueven hacia el norte, y que conecta con el Coto del Rey y Matasgordas, en el Parque Nacional de Doñana: uno de los dos últimos núcleos reproductores de la especie.
El Tribunal entiende también que se han adoptado las medidas correctoras adecuadas, algo sobre lo que también discrepan WWF y Ecologistas en Acción, ya que las señalizaciones que deberían limitar la velocidad en este camino agrícola son prácticamente inexistentes, circulando actualmente los vehículos a más de 120 km/h, como corrobora el propio estudio aportado por el Parque Natural.
Un camino altamente transitado
Además, Ecologistas en Acción y WWF denuncian nuevamente que este camino rural no forma parte de la red de carreteras, y debería servir únicamente para dar acceso a propietarios y trabajadores de fincas colindantes. Hoy en día se ha convertido en una carretera de facto, utilizada sistemáticamente para acceder a la playa en vacaciones y fines de semana.
Por otra parte, la sentencia del Tribunal de Luxemburgo no valora las irregularidades e infracciones cometidas por la Consejería de Agricultura para la realización de estas obras en un espacio protegido, sin la preceptiva declaración obligatoria de impacto ambiental.
Por todo ello, WWF y Ecologistas en Acción van a seguir trabajando con todas sus energías para que este auténtico punto negro para la conservación en Doñana sea devuelto a su estado original, y para poner freno al aumento de infraestructuras que están aislando cada vez más a las especies y fragmentando los hábitats de Doñana.