Los datos clínicos observados desde hace tiempo que sugerían una conexión entre el origen del cáncer con los procesos inflamatorios de carácter crónico están actualmente en revisión siendo muy importantes las evidencias que demuestran los mecanismos que conectan ambos procesos.
El grupo dirigido por la farmacóloga Virginia Motilva, en colaboración con Sofia García Mauriño, fisióloga vegetal también de la Hispalense, analizará los componentes activos de plantas tropicales usadas en la medicina tradicional por sus propiedades terapeúticas frente a las patologías anteriormente citadas; destacan especies de los géneros Morinda, Prionosciadium, Davilla o Rizhophora (mangle rojo). "En la actualidad los programas de desarrollo de nuevos fármacos son amplios y variados e incluyen la búsqueda de nuevos agentes de origen natural y efectivos frente a patógenos resistentes, antiinflamatorios, inmunosupresores, antitumorales, así como compuestos para el tratamiento de una gran variedad de enfermedades que han incrementado su incidencia debido al estilo de vida y al envejeciemiento de la población, como son las enfermedades cardiovasculares y las neurodegenerativas", asegura la investigadora.
Como diana biológica, los investigadores sitúan a las sirtuínas, enzimas reguladoras "muy interesantes" para poder combatir, por ejemplo, la inflamación intestinal y prevenir la aparición del cáncer colorectal. Un fenómeno que se puso de manifiesto en los años 30 del siglo pasado es que la limitación de nutrientes hacía que ratas de laboratorio viviesen hasta un 40% más que los animales alimentados con una dieta estándar. Además, la restricción calórica aumentaba la resistencia a muchas enfermedades crónicas degenerativas incluyendo el cáncer. "Se está valorando la importancia de estas enzimas como reguladoras de procesos metabólicos, inflamatorios o cancerosos a través de sus conexiones con determinadas vías de transducción de señales de respuesta a diferentes estímulos" apunta.
Y en este sentido, los compuestos bioactivos que pretende descubrir el grupo de investigación sevillano en estas especies podrían llegar a regular la capacidad de las sirtuínas, como han demostrado que lo hacen la quercetina, el piceatanol o el resveratrol, su principal valedor. "Es decir, además del resveratrol, que potencia esta actividad, nuestro objetivo es descubrir nuevas y más potentes moléculas", sugiere.
El proyecto multidisciplinar implica a otros grupos de investigación de químicos, biólogos y biotecnólogos que se encargan de la recolección de las especies, del procedimiento químico bioguiado, o de complementar los ensayos de actividad.
Especies con historia medicinal
Entre las especies en estudio, Morinda Citrifolia (NONI) es originaria de Islas Marquesas (Polinesia francesa) pero con amplia distribución en todo el mundo. El fruto es muy consumido y también el más estudiado. Esta especie tiene una larga historia como planta medicinal y su uso como suplemento dietético se ha desarrollado mucho estos últimos años por las propiedades medicinales atribuidas. Un extracto obtenido del zumo ha demostrado la actividad antitumoral en el modelo murino (en ratas) de carcinoma de pulmón.
Mangle rojo
En el caso de Rhizophora mangle, se trata de una de las principales especies que forman los humedales costeros, manglares, de zonas tropicales y subtropicales, como las que se encuentran en el Estado de León de Nicaragua. Es un remedio tradicional para el asma, la diarrea, las infecciones de los ojos, o los procesos inflamatorios de la piel y sistémicos. El mangle rojo contiene taninos y otros polifenoles potencialmente interesantes que han demostrado una interesante actividad biológica. En México, en el Estado de Hidalgo, se han registrado alrededor de 460 especies medicinales: la especie Prionosciadium thapsoideses empleada en la medicina popular para el tratamiento de síntomas relacionados con la inflamación y los tumores . Los estudios químicos llevados a cabo en este género de la familia de las umbelíferas la caracterizan por contener mayoritariamente metabolitos del tipo cumarinas y cromonas, los cuales han presentado varias y relevantes actividades biológicas, incluyendo la anticancerosa.
Por último, la especie Davilla rugosa , perteneciente a la familia Dillenaceae, recibe distintos nombres según las zonas. Es una planta muy empleada en distintas comunidades brasileñas destacando el amplio uso que hacían de ella los indios Carijós. Estas tribus tenían habilidades especiales en el arte de curar por lo que la información trasmitida sobre plantas y remedios populares es de enorme utilidad. Estos indios utilizaban preparados de la planta con diferentes fines destacando de nuevo sus acciones anti-inflamatorias y antitumorales. Estas, y otras especies proporcionadas por los grupos brasileños, mexicano o nicaragüense serán estudiadas en el presente proyecto.