Las zonas costeras muertas son aquellas que pierden gran parte de sus recursos vivos por la caída en la concentración de oxígeno de las aguas marinas (fenómeno conocido como hipoxia).
"Los datos del estudio señalan un riesgo de colapso de la biodiversidad marina mucho mayor de lo que la comunidad científica creía hasta ahora", señalan los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Carlos Duarte y Raquel Vaquer en el artículo que se publica en Global Change Biology. Los científicos señalan además que la hipoxia es la mayor amenaza para la biodiversidad marina del planeta.
El estudio demuestra que el tiempo de supervivencia de los organismos expuestos a bajas concentraciones de oxigeno se reduce en un 74% y que la cantidad de oxígeno que necesitan para sobrevivir aumenta en un 16% cuando los organismos marinos se exponen a mayores temperaturas. De seguir el ritmo de calentamiento y emisiones actuales, a finales de siglo se prevé que el tiempo de supervivencia de los organismos marinos expuestos a hipoxia se reduzca en un 36% y que la cantidad de oxígeno necesaria para sobrevivir aumente en un 25%.
Los crustáceos son el grupo más sensible a la falta de oxígeno, y también son el grupo en el que más aumentan sus requisitos de oxígeno al aumentar la temperatura. En cambio, los moluscos, grupo más resistente a la hipoxia, son el grupo en el menos aumentan sus necesidades de oxígeno a mayores temperaturas.
Vaquer, añade: "Prevemos que el ritmo de expansión de las zonas que sufren hipoxia se acelerará debido al efecto del calentamiento global y la eutrofización: un aporte excesivo de nutrientes y materia orgánica que produce el crecimiento de algas. Al caer al fondo y descomponerse, estas algas producen la disminución del oxígeno disuelto, lo que produce hipoxia y anoxia, la falta total de oxígeno".