En el mes de julio de este año una delegación española de 7 personas de nivel institucional medio, se entrevistó en Washington con una delegación americana conformada por 14 personas de alto nivel político y ejecutivo. En esa reunión la parte española expuso, sin éxito, las razones por las cuales los EE UU debería ayudar a limpiar los elementos radioactivos que aun permanecen en el territorio español en zonas habitadas de la pedanía de Palomares y hacerse cargo de los residuos.
La respuesta oficial americana, que afecta a la población civil española, llegó hacia mediados del mes de noviembre a Madrid. Se trata de una respuesta muy negativa para los intereses españoles, pues no se apoyará la retirada del plutonio y el americio que contaminan Palomares a cementerios nucleares americanos. De esta manera, según la organización ecologista, la crisis de Palomares está servida pues en España no hay ninguna instalación capaz de recibir las dosis radioactivas detectadas por los recientes estudios del CIEMAT y que demuestran que la zona ha estado permanentemente contaminada desde la explosión de los aviones de combates en la vertical de Palomares el año 1966.
Ecologistas en Acción denuncia igualmente que en dos ocasiones los representantes de su organización han enviado sendas cartas al señor Embajador norteamericano en España sin recibir por parte de él ninguna respuesta. En esos textos se puede verificar que desde hace años esta organización mantiene una presencia y un constante seguimiento activo del problema de descontaminación. Y aseguran que "como organización hemos hecho un serio esfuerzo para no mezclar la imperiosa necesidad de limpiar de una vez las zonas contaminadas, con otras actuaciones propias de la política americana en el próximo oriente, o con otros temas de Defensa que afectan a la ciudadanía española y europea".
En este momento, cuando faltan pocos días para la reunión interministerial del gobierno de España para tratar este tema, Ecologistas en Acción afirma que "es nuestro deber advertir que el conflicto de Palomares ha cambiado de cariz con la respuesta negativa de los EE UU. Nos queda esperar a las decisiones del gobierno de España para establecer una adecuada política de limpieza. Una vez conocidas esas políticas concretas plantearemos al movimiento ecologista europeo considerar el caso de Palomares como un caso muy grave y urgente en el que debe imperar la transparencia y la celeridad en aplicar las soluciones adecuadas, para extraer de suelo español y europeo la contaminación causada por los militares norteamericanos hace ya casi 45 años atrás".