Aún no hay ningún acto que regule las emisiones del transporte marítimo internacional, pero este asunto se está debatiendo en la Organización Marítima Internacional y en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Desde el punto de vista de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), la navegación marítima es el modo de transporte más respetuoso del medio ambiente.
Si no se adopta ninguna medida, sin embargo, se calcula que las emisiones de los buques van a aumentar, de aquí a 2050, entre un 150 % y un 200 %. En la actualidad, alrededor de 50.000 buques mercantes transportan el 90 % de las mercancías de todo el mundo, y ello hace que el transporte marítimo sea indispensable para la economía global.
Centro Común de Investigación de la Comisión
En un informe publicado por el Centro Común de Investigación de la Comisión (JRC) se presenta por primera vez un panorama completo de los métodos de cálculo de las emisiones atmosféricas del transporte marítimo, se describen las soluciones tecnológicas y se analiza una serie de opciones estratégicas para reducir las emisiones de carbono y la contaminación atmosférica de este sector.
Máire Geoghegan-Quinn, Comisaria de Investigación, Innovación y Ciencia, ha asegurado que "este informe del JRC pone de manifiesto la necesidad de reducir la contaminación provocada por los buques, y de otras muchas fuentes, tanto para controlar el cambio climático como al objeto de prevenir daños graves para la salud humana. Examina, asimismo, una serie de opciones para realizar las reducciones necesarias mediante una combinación de innovación tecnológica y políticas de mercado. Este estudio es, además, un ejemplo perfecto de cómo la labor científica del Centro Común de Investigación de la Comisión puede contribuir a orientar los avances políticos hacia la consecución de los objetivos de la UE en materia de innovación, así como los de la estrategia Europa 2020".
Aunque el transporte marítimo presenta la relación más baja de emisiones de CO2 por tonelada transportada por kilómetro en comparación con otros modos de transporte, se prevé que sus emisiones de gases de efecto invernadero van a aumentar en las próximas cuatro décadas entre un 150 % y un 200 % respecto a su nivel actual de una gigatonelada por año.
Además, el sector del transporte marítimo es fuente de contaminación atmosférica. De no tomarse medidas, en los dos próximos años va a intensificarse la contaminación atmosférica en las principales vías marítimas debido a un incremento estimado de entre el 10 % y el 20 % de las emisiones de dióxido de azufre. El combustible marítimo tiene un contenido de azufre extremadamente elevado, situado entre una media mundial de 27.000 ppm (partes por millón) y las 10 000 ppm registradas en las Zonas de Control de las Emisiones de Azufre (SECA). No obstante, con el nuevo acuerdo de la OMI, los buques que navegan en las SECA del mar Báltico y el mar del Norte van a tener que utilizar un combustible con un contenido de azufre de solo un 0,1 % antes de 2015, como ya ocurre en los puertos de la UE en virtud de la legislación de la Unión.
La estrategia Europa 2020
Hay un potencial considerable de reducción de las emisiones del sector del transporte marítimo. Pueden aplicarse fácilmente soluciones técnicas para reducir el consumo de combustible, los contaminantes atmosféricos y los gases de efecto invernadero, por ejemplo perfeccionando el diseño, la propulsión y la maquinaria de los buques y optimizando su funcionamiento. Este nuevo informe de referencia del JRC contribuye a aumentar la sensibilización en cuanto a los impactos ambientales y sanitarios del transporte marítimo mundial. Analiza las cuestiones metodológicas que se plantea la comunidad científica respecto al impacto ambiental del sector marítimo y señala las lagunas en fuentes de información fiables y exhaustivas. También se presenta un examen pormenorizado de la relación coste/eficacia y del potencial de reducción de cada una de las opciones tecnológicas descritas en el informe.
Las soluciones tecnológicas (con respecto a los combustibles y a los motores), sin embargo, deben completarse con otras medidas para reducir de forma significativa las emisiones de carbono y la contaminación atmosférica. También deben tenerse en cuenta opciones basadas en el mercado que se refieran a medidas a nivel mundial y regional. En el informe se analiza cómo podrían introducirse políticas de mercado tales como un régimen de comercio de derechos de emisión de GEI para el sector del transporte marítimo a nivel internacional.
En resumen, este informe de referencia del JRC ofrece el primer marco global para el establecimiento de una estrategia de reducción de las emisiones de los buques a la atmósfera y proporciona las herramientas analíticas que sentarán las bases para la realización de unas políticas efectivas.
La estrategia Europa 2020 incluye, como objetivo principal para ese año, el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 20 % respecto a los niveles de 1990, o en un 30 % si las condiciones son las adecuadas. El alcance de ese compromiso está establecido en la legislación de la UE en materia de clima y energía.
Según esa legislación, todos los sectores de la economía deben contribuir a realizar esas reducciones de emisiones, en particular el transporte marítimo y la aviación internacionales. Si la Unión no aprueba un acuerdo internacional que abarque las emisiones de la navegación internacional en sus objetivos de reducción antes de 2011, la Comisión debe incluir las emisiones de ese sector en el compromiso de reducción de la Unión, con objeto de que el acto propuesto entre en vigor antes de 2013.