Desde que la mayoría de las variedades de primates comenzaron a diferenciarse unas de otras hace unos siete millones de años, el material genético de los orangutanes ha variado a un ritmo mucho más lento que el de los humanos. En concreto, la tasa de cambio del orangután es de un tercio respecto a la humana, según revela un artículo que será publicado en la portada de ayer de la revista Nature. El trabajo, que ha sido desarrollado por 34 instituciones internacionales, cuenta con la participación del Instituto de Biología Evolutiva del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)‐Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
La investigación se ha llevado a cabo gracias a la secuenciación del ADN de un ejemplar femenino de orangután de Sumatra (Pongo abelii), llamado Susie. Los resultados revelan que la escisión de esta especie del resto de los primates "tuvo lugar antes de que éstos experimentaran una explosión de cambios estructurales que dieron lugar a nuevos genes", explica uno de los autores del trabajo, el investigador Arcadi Navarro.
Por ello, el material genético de esta especie se ha mantenido mucho más estable a lo largo de la historia que el de los humanos y el de los chimpancés.
No obstante, el material genético comparable entre esta especie y el hombre es similar en un 97%. Según Navarro, "mientras que la relación de parentesco entre nosotros y los chimpancés podría asemejarse con la de los primos cercanos, los orangutanes serían nuestros primos lejanos". En concreto, la separación de éstos de la rama del resto de los primates se fecha alrededor de hace 12 millones de años, mientras que la escisión del gorila y del ser humano data de hace unos seis millones de años.
Herramienta de conservación
Además de la secuenciación genética de Susie, el equipo ha analizado el ADN de cinco ejemplares más de la misma especie y de otros cinco orangutanes de Borneo (P. pygmaeus). Los análisis han demostrado que la variabilidad genética entre los individuos de Sumatra es hasta cuatro veces superior que la que existe entre los de Borneo. No obstante, aunque esta especie está catalogada como en peligro por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, la variedad de Sumatra se encuentra catalogada en estado crítico de conservación. Según Navarro, "la secuenciación de su ADN puede ayudar a desarrollar herramientas de gestión para ambas especies, ya que puede señalas qué variedades requieren una mayor atención".