Este mínimo histórico fue causado por vientos inusualmente fuertes que aislaron la masa atmosférica sobre el Polo Norte y evitaron que se mezclara con el aire en las latitudes medias.
Esto dio lugar a temperaturas muy bajas y a condiciones similares a las que se dan cada invierno en el hemisferio sur sobre la Antártida. La disminución de la capa de ozono en la Antártida, en el Polo Sur, y en el Ártico, en el Polo Norte, es un fenómeno anual que ocurre en el invierno de las respectivas regiones.
La capa de ozono es una franja atmosférica que se encuentra a 25 km de altitud aproximadamente, y que actúa como un filtro de protección frente los rayos ultravioleta, que pueden dañar la vida marina y aumentar el riesgo de cáncer de piel y cataratas.
Las temperaturas de la estratosfera en el Ártico muestran fuertes variaciones de invierno a invierno. El año pasado, las temperaturas sobre el Ártico eran muy altas. Las temperaturas inusualmente bajas de la estratosfera sobre el Polo Norte se registraron por última vez en 1997.
Los científicos están investigando por qué el 2011 y 1997 los inviernos árticos fueron tan fríos y si estos eventos aleatorios están relacionados con el cambio climático global.
"En un clima cambiante, se espera que las temperaturas medias estratosféricas sean más frías, lo que significa que se producirá un agotamiento del ozono", declaró Mark Weber de la Universidad de Bremen.
"Por otra parte, muchos estudios muestran que la circulación en la estratosfera en el hemisferio norte puede cambiar en el futuro. Una de las posibilidades es el transporte de ozono desde los trópicos hacia latitudes más altas, con lo que se reduciría el agotamiento del ozono".
Responder a esta pregunta requiere más investigación sobre la modelización y vigilancia del ozono, que sólo es posible gracias a los registros históricos del satélite. El programa sobre Cambio Climático de la ESA tiene un proyecto dedicado a esta investigación.
"Las medidas de SCIAMACHY del Envisat, MIPAS y el instrumento GOMOS están proporcionando información única sobre el ozono, que es importante para permitir a los científicos estudiar los agentes químicos por separado e identificar la influencia del cambio climático en la estratosfera. Es esencial mantener estos instrumentos midiendo el mayor tiempo posible ", dijo Weber.
Prohibidos por el Protocolo de Montreal, los CFC aún no han desaparecido del aire, pero están en declive. Sin embargo, el agotamiento de la capa de ozono se seguirá produciendo en las próximas décadas durante el inusualmente frío invierno ártico.