La regulación definitiva se espera para el próximo año, tras examinar los comentarios a la exposición pública de la propuesta.

La EPA estima que 525 centrales térmicas con 1.200 unidades de carbón y 150 unidades de fuel se verán afectados por la norma. Además del mercurio, la norma propuesta regularía las emisiones de partículas, dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, gases ácidos; incluyendo el cloruro de hidrógeno y fluoruro de hidrógeno; y metales pesados, como el arsénico, cadmio, cromo, plomo y níquel.

Las centrales térmicas son responsables del 50 por ciento de las emisiones de mercurio en los EE UU, entre las que, los grupos de carbón contribuyen en un 99 por ciento de las emisiones. En la actualidad, aproximadamente el 44 por ciento de las centrales térmicas de carbón carecen de equipos avanzados de control de la contaminación.

Las reducciones esperadas, en las emisiones de mercurio, para el año 2015 son de 23 toneladas en el sector de la energía (una reducción del 79% en relación con la situación actual).

El costo estimado anual, para todas las centrales, que supone el cumplimiento de las medias de reducción de emisiones, para todos los contaminantes, es de 10.900 millones de dólares. Las medidas para reducir las emisiones de de mercurio representan aproximadamente el 18% del coste total, es decir, casi 2.000 millones de dólares. Al menos el 12% de las instalaciones existentes no tendrán que instalar controles específicos para el mercurio, ya que, o ya tienen esos controles o bien ya cumplen los límites de emisión de mercurio mediante el control de los otros contaminantes. Se espera que muchas otras plantas cumplan los límites de mercurio al adoptar nuevas medidas de reducción de emisiones para otros contaminantes, como filtros de mangas.

Seguimiento

Se propone que se demuestre el cumplimiento de los límites de emisión de mercurio mediante métodos de control continuo de emisiones (Hg CEMS) o mediante sistemas de colectores de sorbente. (La EPA está solicitando comentarios sobre estas cuestiones.) Otra opción, para cuando las emisiones son muy bajas, es utilizar un método menos riguroso basado en la toma de muestras periódicas. Los costes previstos para el muestreo del mercurio serán del orden de los 23.000 dólares para los sistemas de colectores de sorbente, con unos costes anuales de operación de 128.000 dólares o de 271.000 dólares para los métodos de control continuo de emisiones, con unos costes anuales de funcionamiento de 110.000 dólares.



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