Tras un intenso día de negociaciones, los nuevos protocolos aprobados eliminan la posibilidad de que los Gobiernos realicen sus pagos en metálico en las propias reuniones, una práctica que ha sido condenada repetidamente por muchos de los Estados, así como por las ONG. Las acusaciones de compra de votos, en años precedentes, amenazaban la credibilidad de la organización y su capacidad para asegurar el futuro de las ballenas.
Los cambios, propuestos por Gran Bretaña y otros 16 países de la UE, entre los que se cuenta España, solicitaban que los pagos financieros a la CBI por parte de los países, se hagan, a partir de ahora “por medio de transferencias bancarias provenientes de una cuenta perteneciente al Gobierno Contratante”. De este modo los fondos pueden ser fácilmente rastreados y procesados.
La delegación de Gran Bretaña describía la resolución como “el nivel mínimo” necesario para modernizar el funcionamiento de la Comisión. Los cambios buscan “asegurar que las reglas y procedimientos de la Comisión se mantienen actualizados y en consonancia con los estándares de buenas prácticas internacionales”, según el texto del documento.
Wendy Elliott, responsable de la delegación de WWF, afirmaba: “Aunque las ballenas no formaban parte en las deliberaciones de hoy, lo cierto es que ha sido un gran día para ellas”. Y añadía: “Esperábamos estas reformas desde hace mucho tiempo, para que el funcionamiento de la CBI se pusiera a la altura de cualquier otro cuerpo internacional. Es un pequeño paso en la buena dirección, ahora es el momento de redirigir la mirada a la conservación de los cetáceos que se encuentran en grave peligro de desaparecer”.
WWF dedicará sus esfuerzos el resto de la semana en la reunión a lograr que la CBI ponga en marcha soluciones que frenen las amenazas para las ballenas, entre las que se encuentran la exploración petrolífera, las colisiones con embarcaciones, el ruido oceánico, el cambio climático, la contaminación y la captura accidental.