Las operaciones realizadas por el E-USOC en el experimento COLLOID 2 se han culminado con éxito. El E-USOC, uno de los 9 centros delegados de la Agencia Espacial Europea (ESA) en el continente y el único en España, tiene su sede en el Campus de Excelencia de Montegancedo de la Universidad Politécnica de Madrid.

Este experimento es la continuación de SODI-COLLOID, una propuesta científica sobre “Dispositivos Fotónicos Avanzados en Microgravedad” que finalizó hace un año y del que también fue responsable el Centro Español de Soporte a Usuarios y Operaciones (E-USOC) a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS).

“A la vista de los resultados obtenidos entonces –señala Ana Laverón, directora del E-USOC y catedrática de la ETSI Aeronáuticos de la UPM– los científicos solicitaron hacer una serie de nuevos experimentos para aclarar los siguientes datos que se detectaron en las imágenes descargadas del primero: tratar de clarificar un efecto no previsto producido en las celdas; conseguir crecimiento de los cristales (y no sólo interacción entre las partículas) mediante secuencias de saltos de temperatura menores, y llevar las celdas a una temperatura superior a la crítica con la consiguiente destrucción de las mismas”. Los datos obtenidos hasta ahora, a través de las imágenes descargadas, dan por alcanzados los citados objetivos.

La presencia de gravedad aumenta la dificultad existente en la fabricación de las estructuras de cristales fotónicos coloidales, por lo que los investigadores pretenden descifrar el fenómeno de la agregación eliminando ese factor, es decir, estudiando las partículas en condiciones de microgravedad, en el instrumento modular SODI (Selectable Optical Diagnostics Instrument).

Hacia el ordenador ultrarrápido

Los cristales fotónicos coloidales tienen unas propiedades que permiten un almacenamiento de la luz, lo que les convierte en candidatos ideales para la nanotecnología del futuro. Detrás de este experimento del área de la física de fluidos se encuentra la creación de nuevos materiales, que mejorarían las fuentes de luz aumentando su eficiencia y que tendrían como fin último el desarrollo de una nueva generación de ordenadores que reemplazarían sus electrones por luz para funcionar.

Estos ordenadores ópticos serían tan veloces como la propia luz, sin embargo “este experimento es una investigación básica de estos materiales, no una investigación aplicada, ya que aún estamos en la fase de comprender el comportamiento de los mismos”, puntualiza Ana Laverón.

10.000 horas de trabajo del Globe-box

Tanto SODI-COLLOID 2 como su antecesor, fueron alojados en el laboratorio Microgravity Science Globe-box (MSG) de la NASA, cuya peculiaridad estriba en que permite trabajar con el experimento en un volumen sellado, aislado del ambiente de la ISS, al que acceden los astronautas mediante unos guantes especiales. EL MSG ha registrado recientemente sus primeras 10.000 horas de investigación en el espacio, un motivo de celebración para la Agencia Espacial Europea. En su interior se manejan experimentos de una amplia gama de áreas como física de fluidos, ciencia de los materiales, biotecnología y combustión y dispone de control de temperatura y humedad, iluminación, control térmico y conexiones mecánicas, eléctricas, de datos de gas y de vacío.



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