Si comparamos esta cifra con años anteriores los datos hablan por sí solos. Tres años antes, en el 2007, la tasa de impropios se situaba en un 28%, y si nos alejamos un poco más, hasta llegar a 2004, esta cifra alcanzaba el 35% de lo que se echaba en el contendor amarillo.
Si analizamos la información por Comunidades, los datos revelan que País Vasco, La Rioja, Navarra, Comunidad Valenciana y Aragón, son las regiones de España que mejor separan en el contenedor amarillo, con un porcentaje de impropios de 15,3% en 2010, 7 puntos por debajo de la media española. Este dato les sitúa en línea con los resultados de Bélgica, el país que mejores cifras presenta en materia de reciclaje de Europa.
En este sentido, varias administraciones locales que han logrado mejorar sus resultados en un 33% en los últimos años. Esto se ha conseguido gracias a la labor ciudadana y a un proceso de innovación de los servicios de gestión de residuos, la mejora de la contenerización, la optimización de las rutas o la inclusión de mejoras en el transporte.
Principales errores
Objetos de plástico que no son envases como por ejemplo perchas, juguetes o pequeños electrodomésticos son algunos de los principales errores que se suelen encontrar en el contenedor amarillo. Así como ropa, CD´s, cintas de video o audio, pañales o envases de otros materiales como cartón o vidrio.
Para que los ciudadanos puedan solucionar sus dudas acerca de dónde deben depositar sus residuos Ecoembes ha puesto en marcha un buscador on-line. Dicha herramienta se puede consultar a través de la página web y desde allí puede descargarse la aplicación para móviles que se ha diseñado con el mismo fin.
En esa línea, y desde que comenzó su actividad hace 15 años, Ecoembes impulsa campañas de sensibilización dirigidas a los ciudadanos con el objetivo de promover la correcta separación de los envases, haciéndoles partícipes de la importancia de esta labor para garantizar su reciclaje posterior. Además, una buena calidad en la recogida selectiva aumenta el rendimiento en las plantas de selección, y por consiguiente, proporciona una mayor eficiencia ambiental y económica del SIG, dado que supone un ahorro de costes en todo el proceso de reciclado.