El LAB es el único equipo científico del sur de Europa que participa en el proyecto europeo Arctic Climate Change, Economy and Society (ACCESS), que investiga cómo afectarán al ecosistema las actividades humanas, un impacto que se agravará con el deshielo parcial del continente.
El deshielo del Ártico debido al calentamiento de la Tierra proporciona oportunidades en ámbitos como por ejemplo el económico, puesto que supone, por ejemplo, la apertura de nuevas rutas comerciales y un consecuente ahorro de tiempo y económico considerable. En el ámbito mundial, especialmente a los países limítrofes con el Ártico, hay un gran interés en aprovechar las oportunidades que ofrece este nuevo escenario dado que la cobertura de suelo es cada vez más reducida, especialmente en meses de temperaturas elevadas. Pero, explorar las oportunidades del continente que abarca el océano Ártico comporta el aumento del tránsito de vehículos, del flujo de personas y de la actividad, en general. Es probable, pues, que este nuevo panorama no deje indemne al continente por ello, la Unión Europea ha impulsado el proyecto Arctic Climate Change, Economy and Society (ACCESS) que forma parte del VII Programa Marco de Investigación y Desarrollo y en qué participan 27 instituciones de 9 países europeos, además de Rusia.
El objetivo del proyecto es estudiar el impacto de la actividad humana en cinco ámbitos diferentes: el medio ambiente en el contexto de cambio climático; el transporte marítimo y el turismo; la pesca; la extracción de recursos y la gobierno y el desarrollo sostenible. Así, pues, durante cuatro años, cinco grupos de trabajo, coordinados por la Université Pierre et Marie Curie (París), analizarán las consecuencias sociales, económicas, políticas y en el ecosistema derivadas del cambio climático en el océano Ártico y el consecuente aumento de la actividad en la zona.
El Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas de la UPC es el único representante del Estado y del sur de Europa que formará parte del proyecto para monitorizar los sonidos de origen antropogénico y animal en el mar del Ártico, analizando la interacción entre ellos. El sonido de origen artificial (el producido por las actividades humanas) en el medio marino es una de las amenazas más graves para el equilibrio de los océanos. Por este motivo, los investigadores del LAB, dirigidos por Michel André, estudiarán las reacciones y las afectaciones que supondrán en los animales el aumento de las actividades durante la época deshielo y, por lo tanto, del sonido asociado a estas actividades. Para desarrollar el estudio, el grupo de investigación se centrará particularmente en los cetáceos como bioindicadores, ya que la supervivencia de estos mamíferos depende, casi exclusivamente, de la información acústica que les proporciona el sentido del oído.
Mapa de poblaciones de mamíferos
El equipo del LAB realizará un mapa de las poblaciones de mamíferos marinos de la zona para hacer un seguimiento y analizar cómo conviven con el aumento de los niveles de sonido derivados de las nuevas actividades humanas, como por ejemplo las prospecciones petrolíferas, el tránsito de barcos comerciales y turísticos o la pesca. Como ha demostrado el LAB en estudios anteriores, los cetáceos y otros animales marinos como los cefalópodos pueden sufrir graves lesiones auditivas causadas por la exposición continua a niveles de sonido de baja frecuencia. Estas especies, además, utilizan el sentido del oído por orientarse, cazar, relacionarse, etc. Por este motivo, el ritmo vital de los animales así como el equilibrio de la cadena alimenticia en general, puede verse alterado con el futuro panorama del Ártico.
Con este mapa, los investigadores de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Vilanova i la Geltrú, podrán estudiar los mamíferos y sus rutinas en la alimentación, las relaciones, las migraciones, así como los posibles cambios en estos comportamientos. A partir del seguimiento de los animales, se podrá analizar si estos cambios están relacionados con la aparición en sus ecosistemas de sonidos producidos por las actividades humanas y, por lo tanto, evaluar en qué nivel les afecta a los animales la interacción con los sonidos antropogénicos. Además, el proyecto ACCESS no sólo toma parte en la conservación de los ecosistemas marinos sino que también deberá garantizar el desarrollo sostenible de las industrias offshore (en alta mar) en el Ártico.
Por otro lado, el LAB estudiará cómo el cambio climático alterará la vida de los Eskimo, una población autóctona que vive también de la caza de ballenas. Y es que las poblaciones de ballenas se verán afectadas por las consecuencias del cambio climático, como por ejemplo la pérdida de cobertura del suelo o la reducción de la biomasa, que se sumarán al aumento de las actividades humanas. Por lo tanto, otro punto de estudio es identificar las amenazas a esta caza tradicional, así como el estado de conservación de especies en peligro de extinción como por ejemplo la ballena franca, principal presa de los Eskimo.
Para llevar a cabo la investigación, los investigadores de la UPC instalarán, en puntos estratégicos del Ártico, un conjunto de hidrófonos que registrarán los sonidos de la zona de forma continua y durante dos años. Estos diez sensores se integrarán a otra decena de hidrófonos que el Laboratorio ya ha instalado en otras partes del mundo y que forman parte de la red Listening into the Deep Ocean Environment (LIDO), desarrollada por este grupo. Se trata de una innovación pionera en el mundo, ya qué los sensores identifican la procedencia de los sonidos que se producen a decenas de kilómetros, los registran y los clasifican de forma automática y en tiempo real, según si son de origen antropogénico, natural (terremotos) o animal, lo cual ahorra el control humano inicial de las prisas de sonidos. Así pues, esta tecnología facilita un conocimiento al que no se había llegado hasta ahora y es, además una herramienta imprescindible para el desarrollo de la industria offshore.
Este sistema, además, permite a los investigadores, y a cualquier persona quiera acceder a la web, seguir la evolución e interacción de las fuentes sonoras en directo y en tiempo real, a través de Internet. Como con el resto de hidrófonos, el equipo dirigido por Michel André podrá gestionar la información captada por los hidrófonos en el Ártico desde la sede del grupo en Vilanova i la Geltrú, lo cual supone también un gran ahorro económico. En este sentido, la serie de algoritmos sobre los cuales se soporta la red internacional de hidrófonos permite, como no hace ninguna otra tecnología, la identificación automática de las fuentes sonoras sin la intervención del investigador.