Cientos de colombianos pasaron el domingo en improvisados refugios por miedo a regresar a sus dañadas casas, un día después de que un temblor de magnitud de 5,6 destruyera decenas de viviendas, provocara derrumbes en carreteras y matara a 11 personas.
El municipio de Quetame, ubicado en el departamento de Cundinamarca, en una zona montañosa de la Cordillera Central de los Andes colombianos, fue el más afectado por el seísmo del sábado y varias réplicas.
Decenas de familias pasaron la noche del sábado en un campo de fútbol o en un edificio público después del movimiento telúrico que dejó el pueblo sin suministro de agua y decenas de casas derrumbadas, al igual que la iglesia.
"La gente está realmente aterrorizada por la posibilidad de un segundo o tercer temblor", dijo Benedicto Enciso, quien permanece en uno de los albergues junto con su esposa y dos hijos después de que su casa resultara seriamente afectada.
El Instituto Geofísico de Colombia dijo que el temblor registró una profundidad de 3,9 kilómetros, por lo que se sintió con intensidad en Bogotá y en otras ciudades como Villavicencio, Medellín y Cali.
"El balance es de 11 personas fallecidas, 54 heridos, no hay reportes de desaparecidos, y alrededor de 5.000 personas afectadas", dijo el director de Socorro Nacional de la Cruz Roja, Walter Cote.
Las autoridades del pueblo de El Calvario, en el departamento del Meta, el más próximo al epicentro del seísmo, también informaron del derrumbe de varias construcciones.