El Director General de Conservación del Medio Natural del Gobierno de Aragón, Pablo Munilla, se ha reunido con representantes de ASAJA en Castejón de Sos, para abordar las líneas de apoyo a la ganadería para compatibilizar esta actividad con la presencia del oso pardo. Además, se ha querido destacar la necesidad de protección de esta especie catalogada como “en peligro de extinción”.
Uno de los temas imperantes en la reunión ha sido las medidas futuras para equilibrar la presencia del oso y el ganado en el Pirineo aragonés. Actualmente, se está trabajando en la elaboración de propuestas de nuevas medidas agroambientales para el nuevo Periodo de Programación del Plan de Desarrollo Rural. Munilla ha destacado que “aunque existe diferencia de posturas entre ambas partes, se ha llegado a un punto común y es que para gestionar el hábitat del oso pardo y de la Red Natura 2000, es necesaria la presencia de la ganadería extensiva”.
Además, ha quedado patente la postura de apoyo del Gobierno de Aragón a aquellas explotaciones que están presentes en el territorio. Munilla ha recalcado “el mayor apoyo al ganado ovino que al vacuno porque existe más problemática en torno a esta cuestión”.
Por otra parte, se pretenden revisar los modelos aplicados en Comunidades Autónomas vecinas sobre la coexistencia de oso y ganadería para poder aplicar soluciones equiparables en el caso aragonés. A este respecto, el Director General de Conservación del Medio Natural ha subrayado que “existen otras zonas como el Valle de Arán o la zona de Picos de Europa donde este problema ya tiene solución. Por ello se le ha propuesto a ASAJA hacer un viaje conjuntamente para ver cómo han solucionado ellos esta problemática y así poder mejorar en la medida de lo posible”.
Además de estas medidas futuras, desde mediados de los años 90 el Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente mantiene un sistema de vigilancia y seguimiento de la población osera. Este sistema está basado en la presencia en el campo de personal especializado en la identificación de rastros de la especie, coordinados por Agentes de Protección de la Naturaleza y técnicos de la administración.
Actualmente existen dos patrullas de “vigilantes oso” compuestas por dos personas en la Alta Ribagorza y tres más en el Pirineo Occidental. La labor de estos vigilantes se centra no sólo en la identificación de la presencia de oso, sino también en la colaboración con los ganaderos en los casos de ataques y en la prevención de éstos mediante el aviso a los propietarios de los rebaños o la instalación de sistemas de defensa.
Situación de la población de oso en el Pirineo
El oso en el Pirineo mantiene dos subpoblaciones prácticamente sin contacto entre ellas. La subpoblación del Pirineo central cuenta con un mínimo de 20 individuos y es fruto de las reintroducciones realizadas en Francia en los años 1996, 1997 y 2006 con un total de 7 ejemplares liberados, 2 machos y 5 hembras. La población osera en esta parte del Pirineo se encuentra en crecimiento habiéndose censado un mínimo de 20 osos en 2011. El área de distribución de esta subpoblación se encuentra fundamentalmente en la vertiente norte del Pirineo Central (valle de Arán y Francia) y en el Alto Aneu en la vertiente sur.
La situación en el Pirineo occidental es la contraria ya que la población está en regresión y prácticamente extinguida. En este sector del Pirineo sólo quedan dos machos adultos, Neré y Canelito de 15 y 8 años respectivamente. La extinción del oso en esta zona pirenaica no supondrá únicamente la desaparición de dos ejemplares sino también la pérdida del 43% del área de distribución del oso en el Pirineo.
Daños al ganado
En Aragón el sistema de manejo del ganado en las zonas oseras es variado. Mientras que en Los Valles la mayor parte del ganado pasta sin ningún tipo de protección, en la alta Ribagorza los rebaños disponen de buenos sistemas de protección.
En el año 2011 los osos produjeron tres daños en la Ribagorza con 8 ovejas muertas y 4 heridas y ningún daño en Los Valles. Los daños se han producido siempre en rebaños que no disponían de medidas de protección, excepto en un ataque producido en 2011 en la Ribagorza sobre un rebaño.