En la Comunicación adoptada ayer, la Comisión reclama un planteamiento europeo más coordinado en relación con la creación y la reforma de los regímenes de apoyo, así como un mayor recurso al comercio de energía procedente de fuentes renovables entre los Estados miembros. Además, la necesidad de seguridad reglamentaria de los inversores hace que sea crucial que empecemos a hablar del futuro y a establecer un marco sólido para después de 2020.
Günther Oettinger, Comisario de Energía, ha declarado lo siguiente: “Debemos seguir fomentando la energía procedente de fuentes renovables y promover soluciones innovadoras. Tenemos que hacerlo de manera rentable. Esto supone generar energía eólica y solar cuando sea viable económicamente y comerciar con ella dentro de Europa, como lo hacemos con los demás productos y servicios”.
La Comunicación indica cuatro ámbitos principales en que se deben intensificar los esfuerzos hasta 2020 a fin de alcanzar nuestros objetivos en materia de energía procedente de fuentes renovables, atendiendo a la rentabilidad:
- Mercado de la energía. La Comisión insiste en la necesidad de completar el mercado interior de la energía y reconoce que es preciso abordar la cuestión de los incentivos a la inversión en producción de electricidad en el mercado para facilitar una integración sin problemas de la energía procedente de fuentes renovables en dicho mercado.
- Regímenes de apoyo. La Comisión es partidaria de regímenes que alienten la reducción de costes y prevengan el exceso de compensaciones. También aboga por que los regímenes de ayuda de los Estados miembros sean más coherentes entre sí para evitar obstáculos innecesarios.
- Mecanismos de cooperación. La Comisión alienta una mayor utilización de los mecanismos de cooperación contemplados en la Directiva sobre fuentes de energía renovables. Los mecanismos de cooperación permiten a los Estados miembros alcanzar sus objetivos vinculantes nacionales mediante el comercio entre ellos de energía generada a partir de fuentes renovables, de modo que un Estado miembro compre, por ejemplo, energía eólica o solar a otro Estado miembro o a un tercer país, lo que puede salirle más barato que producir esa energía en el propio país.
- Cooperación energética en el Mediterráneo. La Comisión propone que se introduzcan mejoras en la normativa y señala que un mercado regional integrado en el Magreb facilitaría las inversiones a gran escala en la región y permitiría a Europa importar electricidad de fuentes renovables.
De cara al período posterior a 2020, la Comunicación reconoce que, sin un marco adecuado, el crecimiento de la energía procedente de fuentes renovables se contraerá. Esta normativa ha de facilitar una mayor innovación y reducir los costes para que las fuentes renovables de energía se conviertan en un sector prometedor con vistas al aumento de las inversiones. Por lo tanto, propone que se inicie el proceso de preparación de futuras opciones políticas e hitos de cara a 2030. Indica tres opciones, aparte de la de seguir como hasta ahora:
- Nuevos objetivos para las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), pero no para la energía procedente de fuentes renovables. El RCDE sería el principal instrumento para reducir las emisiones de CO2.
- Tres objetivos nacionales: energía procedente de fuentes renovables, eficiencia energética y GEI.
- Objetivos a escala de la UE: energía procedente de fuentes renovables, eficiencia energética y GEI.
La Comisión subraya que es crucial determinar los hitos para 2030 lo antes posible para que los productores de este tipo de energía sean cada vez más competitivos en el mercado energético europeo.
Antecedentes
La Directiva sobre fuentes de energía renovables, adoptada en 2009, fija objetivos vinculantes en materia de energías renovables, centrándose en alcanzar un porcentaje del 20% de la energía procedente de fuentes renovables en la combinación global de energías de la UE de aquí a 2020. Cada Estado miembro ha de alcanzar objetivos individuales de cara al porcentaje global de las fuentes renovables en el consumo energético. El crecimiento inicial de las fuentes renovables impulsado por esta normativa ha sido prometedor.
Se está creando el mercado único de la energía y el crecimiento de las fuentes renovables vuelve aún más urgente su realización. Estas fuentes solo pueden competir lealmente en mercados abiertos.
Para alcanzar los objetivos de 2020, los Estados miembros han de ejecutar sus planes de acción nacionales y aumentar considerablemente la financiación de las fuentes renovables. Las inversiones anuales de capital tendrían que duplicarse con rapidez hasta alcanzar 70.000 millones de euros. Esta inversión debe proceder principalmente del sector privado.
La falta de certeza sobre la orientación de las políticas futuras después de 2020 dificulta este proceso.