Los galardones son para los grupos voluntarios de Motril, Zaragoza y Monleras (Salamanca), y de los Cabildos de Fuerteventura y Tenerife.
El Concurso de Grupos de Voluntariado está convocado por la FEMP y la Red de Gobiernos Locales + Biodiversidad, con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Esta convocatoria premia la labor que llevan a cabo los Gobiernos Locales con grupos de voluntarios en la transformación y mejora de la biodiversidad, incluyendo el trabajo de educación y sensibilización ambiental en los distintos territorios y municipios en los que actúan.
Charca de Suárez
Uno de los proyectos premiados es el del grupo de voluntarios de la Charca de Suárez, en el municipio de Motril, integrado por 65 personas que realizan actividades para el incremento de la protección en este entorno natural, con un seguimiento y vigilancia de las diversas especies de flora y fauna, la limpieza de acequias, el desbroce y reapertura de senderos o la lucha contra las plagas. Estos trabajos han permitido la plantación de 85 árboles ligados al Bosque de la Vida, la eliminación del orden de 1.800 plantas exóticas, la preparación de una playa de arena fina para la puesta de los camaleones o la colocación de nidos para favorecer la reproducción del águila pescadora.
Voluntarios de Monleras
En el municipio de Monleras existen varios grupos de voluntariado de varias edades y con distintos cometidos, desde un grupo infantil que ha puesto en marcha un huerto ecológico para la recuperación de semillas ya en desuso, hasta otro de carácter internacional en el que, mediante la colaboración con una ONG, se desarrollan diversos campos de trabajo con personas de otros países. Los diversos grupos realizan varias misiones, como la destinada a frenar la pérdida de diversidad de especies agrícolas y hortícolas en el municipio, la recuperación de la ribera del río, la plantación de especies vegetales autóctonas o a la colación de refugios y alimentos para las especies animales que frecuentan las zonas húmedas de la zona.
Tortugas marinas
El grupo de voluntarios de Cofete (Fuerteventura) ha obtenido otro de los premios por su labor de protección y conservación de las tortugas marinas de esta isla canaria. Compuesto por casi 160 personas de diversas edades y cualidades personales, dedican una especial atención a la reintroducción de especies en peligro de extinción, como la “tortuga boba”. Además de proporcionar información y de sensibilizar a los turistas y visitantes de la zona, estos voluntarios trasladan huevos inviables de tortuga desde Cabo Verde a la playa de Cofete, donde las proporcionan cuidado y alimentos hasta su liberación final. Todo este esfuerzo ha permitido la supervivencia de más del 70% de crías nacidas de este modo.
Voluntarios de Tenerife
La Oficina de Participación y Voluntariado Ambiental del Cabildo de Tenerife es la encargada de coordinar los trabajos de los grupos de voluntarios que realizan actividades en esta Isla y que también han sido distinguidos en la segunda edición del concurso. Las actividades que realizan tienen una carga muy importante de educación y sensibilización ciudadana en cuestiones ambientales, pero también comprenden labores de limpieza de playas y la restauración de espacios degradados y posterior repoblación, como las acometidas en la implantación de dos huertos ecológicos con una superficie aproximada de mil metros cuadrados.
Galacho de Juslibol
El quinto proyecto premiado se sitúa en un paraje denominado Galacho de Juslibol, un trocito del Ebro, a unos diez kilómetros río abajo de Zaragoza, con un ecosistema muy particular y de elevado interés desde el punto de vista de la diversidad biológica. En este lugar trabajan, desde el año 2000, un total de 417 voluntarios con más de 8.500 horas de dedicación a este proyecto. El objetivo es que los habitantes de Zaragoza y otros visitantes sepan lo importante que es preservar los entornos naturales y su biodiversidad, mediante visitas guiadas dirigidas por los propios voluntarios. Al mismo tiempo realizan estudios de las aves que frecuentan estos parajes y facilitan su estancia y reproducción, además de encargarse de la plantación de especies vegetales autóctonas y de la eliminación de residuos y de especies exóticas invasoras en los distintos humedales que existen en la zona.