La jornada, en la que se han desarrollado seis conferencias, ha contado con la participación de numerosas personas que desarrollan su labor en las Administraciones con competencia en estas materias y en ámbitos relevantes en el campo de la ordenación y el uso de los recursos naturales.
La jornada ha servido para recordar la necesidad de producir cada vez más alimentos, dado el crecimiento de la población mundial, pero desde una perspectiva eficaz y sostenible en la que la seguridad alimentaria sea un aspecto central. También destacó que la contaminación en los alimentos procede del medio ambiente, pero que es el ser humano quien provoca esta contaminación, y a la vez su principal víctima.
Y es que como ha puesto de manifiesto Charo Martín Santos, representante del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y profesora de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), los alimentos se han transformado en "el veneno cotidiano" y es necesario "prevenir es porvenir". Bajo el título "Riesgos medioambientales: nuevos retos para la Seguridad Alimentaria", la profesora Martín detalló algunos de los principales elementos contaminantes presentes en los alimentos y en la vida cotidiana de la sociedad occidental, así como su influencia en la salud humana. Desde las dioxinas hasta los plaguicidas, pasando por los componentes de objetos tan cotidianos como ordenadores, aparatos de TV o sartenes, la experta explicó cómo pueden influir en el desarrollo de tumores, enfermedades cardiovasculares, psíquicas, e incluso influir en sistema endocrino y el ADN. A su entender, el futuro pasa por una mayor responsabilidad ciudadana y política, por una alimentación consciente y por una mayor investigación.
Tomates, acelgas…
El profesor Juan Manuel Madariaga, del Departamento de Química Analítica de la Universidad del País Vasco, fue el encargado de explicar de manera concreta el mecanismo por el cual los elementos nocivos presentes en el medio ambiente pasan a los alimentos. En su conferencia "Impacto de la contaminación del suelo en los vegetales de consumo", Madariaga mostró los resultados de una investigación de campo desarrollada en huertas de distintas zonas de Euskadi. Aunque ninguno de los resultados alcanza riesgos para la salud humana, el análisis desvela la forma en la que tomates, acelgas, alcachofas, frambuesas y pimientos procesan elementos como el plomo, el estaño, el zinc, el cadmio o el aluminio presentes en diferentes proporciones en la tierra de cultivo o en la atmósfera que rodea a las huertas analizadas.
Otro de los recursos naturales afectados por la contaminación es el agua. Alberto Manzanos, de la URA-Agencia Vasca del Agua, fue el encargado de explicar los mecanismos de control existentes en la CAPV en materia acuíferos, ríos, lagunas o costa. Con el título "Evolución de la contaminación de las aguas en el País Vasco: implicaciones para la seguridad alimentaria", el experto detallo los mecanismos legislativos vascos, europeos y estatales existentes para contribuir a la mejora de los recursos hídricos, así como a su vigilancia.
Amaia de Ariño, de la Fundación Vasca para la Seguridad Alimentaria-Elika ha sido la ponente de la conferencia titulada "Afección industrial en las producciones agrarias de la CAPV". Durante la misma dio a conocer los resultados de un estudio en el que ha participado Ihobe para identificar áreas potencialmente afectadas por contaminación del suelo originada por deposición atmosférica de origen industrial (2009-2010). El objetivo del estudio es conocer los niveles de contaminación difusa que pueden afectar a las producciones agroalimentarias de la CAPV que supongan riesgo para la salud humana o animal. La primera parte del análisis ya se ha desarrollado en el entorno de Llodio -con resultados positivos en cuanto el nulo riesgo de los alimentos analizados para la salud humana-. La segunda tendrá como ámbito de estudio la zona de Goierri, en Gipuzkoa.
Ecodiseño y el caso Aznalcollar
La jornada se ha cerrado con las ponencias de Aintzane Esturo, del área de Sostenibilidad de AZTI-Tecnalia y de Antonio Pla, del Departamento de Toxicología de la Universidad de Granada que han ofrecido las ponencias "Impacto de la producción de alimentos en el medio: retorno a la cadena alimentaria" y "Evaluación del riesgo en incidentes ambientales – El caso de Aznalcollar", respectivamente.
Durante la primera, la representante de AZTI-Tecnalia explicó las consecuencias de la producción de alimentos -ganadería, agricultura, pesca- para el medio ambiente y apuntó el ecodiseño como una de las vías para disminuir el impacto negativo de estas actividades humanas en el entorno. Este camino incluye la reducción de uso de materiales o la selección de materiales de bajo impacto, la utilización de técnicas de producción más eficientes y de técnicas de distribución más eficientes, la disminución del impacto ambiental en la fase de utilización del producto, el aumento de la vida útil o la multifuncionalidad de los productos.
Por último, el profesor Antonio Pla, desarrolló una ponencia sobre uno de los accidentes medioambientales más graves producidos en España, la rotura, en 1998, de la presa de Aznalcollar (Sevilla). El depósito albergaba residuos de metales pesados provenientes de una mina cercana que fueron vertidos a y el accidente provocó que se derramasen 1,6 millones de metros cúbicos de lodos, que afectaron a acuíferos, ríos, poblaciones, cultivos y al Parque Natural de Doñana. En total, 4.400 hectáreas. Durante su exposición, Pla explicó los mecanismos de control que se pusieron en marcha para evitar que alimentos afectados por la contaminación llegaran al consumidor y para restablecer el equilibrio medioambiental en la zona.