A partir de ahora, los Estados miembros disponen de seis años para poner en marcha las medidas necesarias de protección de esas zonas. La última actualización afecta a veinte Estados miembros y a las nueve regiones biogeográficas de la red: las regiones alpina, atlántica, boreal, continental, estépica, macaronésica, del mar Negro, mediterránea y panónica. Natura 2000 ocupa ahora 768.000 km2 de la superficie terrestre de la UE (el 17,9%) y más de 217.000 km2 de su superficie marina (aproximadamente el 4%).
El comisario Potočnik ha declarado lo siguiente: ”Felicito a estos Estados miembros por su nueva e importante contribución a la protección del capital natural europeo. La red Natura 2000 es la espina dorsal de nuestros esfuerzos por conservar el patrimonio natural, y su importancia para la biodiversidad es fundamental. Además, ofrece atractivos espacios que descubrir y en los que descansar, y brinda muchas posibilidades de desarrollo de nuevas actividades económicas basadas en esos valiosos activos naturales. Esta ampliación de la red es una buena noticia para la naturaleza y una buena noticia para nosotros”.
Los países que más han contribuido a la ampliación de la red son el Reino Unido, Rumanía, Letonia, Italia, Suecia, Bulgaria, Dinamarca, Francia, Eslovaquia, Estonia y Malta.
Este año, la contribución más significativa ha sido la designación por el Reino Unido de Dogger Bank (12.330 km2), un espacio marino poco profundo caracterizado por sus bancos de arena sumergidos y situado en la parte central del mar del Norte. Junto con los lugares alemanes y neerlandeses adyacentes, crea un extenso espacio Natura 2000 transfronterizo que ocupa más de 18.000 km2. Dogger Bank ha sido designado principalmente por sus hábitats de bancos de arena, enormemente productivos, que son zonas importantes de desove y cría de muchas pesquerías comerciales. La designación facilitará la gestión coordinada de la zona, en particular los esfuerzos conjuntos de esos tres Estados miembros por desarrollar medidas adecuadas en materia de pesca.
Las principales aportaciones a la red en el mar Báltico han sido los diez nuevos espacios marinos designados por Suecia y Letonia. Esos espacios cuentan con hábitats de arrecifes y bancos de arena ricos en especies, y ofrecen zonas de alimentación vitales para focas y peces migratorios. Los diez lugares ocupan una superficie marina de casi 4.000 km2.
En proporción a su tamaño, el país cuya contribución ha sido más importante es Malta, que ha designado ya 183 km2 de espacios marinos, creando así una base para una sólida red marina en las aguas circundantes. Los nuevos espacios marinos malteses contribuirán a la conservación de los lechos de algas Posidonia y los arrecifes sumergidos, y ofrecen un hábitat vital para el caracol marino endémico de Malta Gibbula nivosa, de brillantes colores.
La mayor ampliación de la red en tierra ha tenido lugar en Rumanía. Se han añadido 109 lugares y se han extendido muchos espacios existentes, de manera que ahora la superficie total de lugares ocupa casi 42.000 km2. Así, se han incorporado a la red muchos hábitats de bosques y praderas con numerosas especies, y hábitats vitales para muchas especies raras y en peligro, en particular muchas especies de anfibios y murciélagos. Junto con los lugares adicionales propuestos por Bulgaria y Eslovaquia, los nuevos espacios Natura 2000 de Rumanía ofrecen también protección a la rica fauna de peces endémica de la cuenca del Danubio.
Antecedentes
Natura 2000 es una red de espacios protegidos compuesta por Zonas Especiales de Conservación con arreglo a la Directiva de Hábitats de la UE y por Zonas Especiales de Protección para las Aves con arreglo a la Directiva de Aves de la UE. Natura 2000 no es un corsé: en su interior pueden seguir realizándose actividades tales como la agricultura, el turismo, la silvicultura y el ocio, siempre que sean sostenibles y estén en armonía con el entorno natural.
Los Estados miembros eligen sus espacios Natura 2000 con arreglo a la Directiva de Hábitats en colaboración con la Comisión. Una vez seleccionados, la Comisión reconoce oficialmente esos lugares como “Lugares de Importancia Comunitaria”, como ha ocurrido en esta ocasión. Ese proceso confirma la categoría oficial de los espacios y consolida la obligación de protegerlos. A continuación, los Estados miembros disponen de seis años para aplicar las necesarias medidas de gestión y designar los lugares como Zonas Especiales de Conservación.
La actualización más reciente ha tenido lugar en veinte Estados miembros y ha consistido en la incorporación a la red de 235 ”Lugares de Importancia Comunitaria”. Las últimas incorporaciones se han realizado en las nueve regiones biogeográficas de la red: las regiones alpina, atlántica, boreal, continental, estépica, macaronésica, del mar Negro, mediterránea y panónica.
La gama de espacios protegidos es muy amplia y va desde prados de flores hasta grupos de cuevas y lagunas. Las nueve regiones biogeográficas de la red reflejan la gran riqueza de la biodiversidad de la UE.
La biodiversidad (el limitado recurso constituido por la variedad de la vida en la Tierra) atraviesa una crisis. Están desapareciendo especies a un ritmo sin precedentes, con consecuencias irreversibles para nuestro futuro. La Unión Europea está combatiendo esta desaparición y, recientemente, se fijó el nuevo objetivo de detener la pérdida de biodiversidad en Europa de aquí a 2020, protegiendo los servicios que prestan los ecosistemas, como la polinización o la protección contra las inundaciones (y restaurándolos cuando están degradados), e intensificando la contribución de la UE para evitar la merma de diversidad biológica a nivel mundial. Natura 2000 es un instrumento clave para alcanzar ese objetivo.