El origen de esta nueva cepa, detectada en verano de 2010 en varias granjas de cunicultura, está en Francia. Tan solo seis meses después, el virus ya se había extendido hasta sesenta granjas cunícolas del país, y al mismo tiempo se empezaron a observar los primeros brotes en poblaciones de conejo silvestre. En 2011, la nueva cepa hemorrágica vírica se detectó en granjas cunícolas del norte de España, y a lo largo del año se ha expandido hacia granjas en el este y centro del país. Asimismo, se ha detectado en conejos silvestres ubicados en cercados experimentales en Aragón.
En los años 80, la enfermedad hemorrágica diezmó las poblaciones de conejo en España, provocando el colapso de la especie en muchas áreas donde aún a día de hoy sigue sin recuperarse. El águila imperial ibérica y el lince ibérico, especies en un estado crítico de conservación, son especialistas en el consumo de conejo. Sus poblaciones han ido remontando paulatinamente gracias a los esfuerzos de conservación realizados y a medida que la población de conejos resurgía de aquel primer brote de enfermedad hemorrágica de finales de los 80.
Sara Cabezas, responsable del programa de conservación del águila imperial ibérica de SEO/BirdLife afirma: “La expansión de esta nueva variante podría comprometer el proceso de recuperación de determinadas poblaciones de conejo silvestre, y con ello los programas de conservación de especies amenazadas como el águila imperial y el lince”.
Por otra parte, el sector cinegético también se verá gravemente afectado si la nueva epidemia reduce la abundancia de conejo, más considerando que las poblaciones de perdiz roja tampoco atraviesa sus mejores momentos.
Miguel Ángel Hernández, responsable de conservación de especies de Ecologistas en Acción, considera que “En la situación de recortes actual, las administraciones responsables de la conservación de la naturaleza tendrán poco margen para afrontar medidas de gestión ante un eventual descenso de las poblaciones de conejo y de sus predadores”.
El Dr. Carlos Calvete, especialista en epidemiología del conejo, afirma “la incertidumbre que representa a medio plazo esta nueva variante es grande, pues con el nivel de información que tenemos ahora no sabemos si será un leve accidente o supondrá un nuevo descenso en las poblaciones de conejo en España”.
Ante esta situación SEO/BirdLife, WWF y Ecologistas en Acción exigen a las administraciones:
- La localización de las granjas cunícolas y las poblaciones de conejo silvestres que están afectadas por la nueva cepa, analizando la dimensión de la afección y su evolución a medio-largo plazo, así como la vía de transmisión.
- Implementar medidas de control para evitar el contagio entre granjas y entre acotados cinegéticos a través, por ejemplo, de los distribuidores de piensos que pueden actuar como vector de transmisión.
- Tomar medidas para reducir al máximo el contagio y la expansión de la nueva cepa en las poblaciones de conejo silvestre controlando el estado sanitario de los conejos que se autoricen para hacer repoblaciones y/o sueltas.
- Establecer en todas las CCAA una red de vigilancia y seguimiento de las poblaciones silvestres de conejo que permita la alerta temprana de posibles focos
- Establecer una estrategia nacional de conservación para el conejo de monte, dada el importante papel que juega esta especie en los ecosistemas ibéricos.