El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Jaime Potti ha descubierto que el tamaño de los huevos del papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), un ave forestal migratoria, ha disminuido paulatinamente en los últimos 16 años debido al aumento de temperaturas a causa del cambio climático. Este hecho es extraordinario, dado que en las aves insectívoras existe una relación positiva entre las temperaturas que experimentan las hembras durante la formación de los huevos y el tamaño de éstos. El trabajo se basó en mediciones de más de 6.000 huevos de cerca de 1.300 puestas.
Las temperaturas medias del mes de mayo, la época de puesta de huevos, han aumentado 0,11º C por año desde 1980 en el área donde se ha realizado el estudio, La Hiruela, en la sierra de Madrid. Potti señala: "El aumento de las temperaturas en las últimas décadas podría ser potencialmente beneficioso para la formación de los huevos en las aves insectívoras, puesto que los insectos que les sirven de alimento a estas aves suelen ser más activos y abundantes en regiones y en épocas cálidas. Sin embargo, esta cuestión no parece ser tan sencilla".
La contradicción entre ambas tendencias térmicas que afectan al tamaño de los huevos podría explicarse por el desajuste entre la llegada del papamoscas (que pasa el invierno en el África subsahariana) y el adelanto de la primavera en la sierra madrileña, como ya demostrara Potti en un trabajo de 2003 publicado en la revista Global Change Biology.
El Papamoscas, un ave de costumbres
La hipótesis del investigador del CSIC es que el papamoscas, al contrario que otras aves migratorias como las golondrinas, no ha adaptado la fecha de sus migraciones al adelanto de la primavera, por lo que acaban criando en épocas que no son las óptimas.
"Los pájaros parecen estar criando en épocas subóptimas, tanto para el crecimiento de los pollos, como para la formación de los huevos que realizan las hembras, que probablemente no encuentran alimento de la calidad y/o cantidad necesarias para formar huevos de mayor tamaño, incluso en las épocas más cálidas, cuando más alimento disponible hay", narra Potti.
Este hecho provoca, según las conclusiones del estudio que se publica en el último número de la revista Acta Oecologica-International Journal of Ecology, que se generen huevos de menor volumen con una probabilidad menor de eclosionar, lo que ha contribuido al descenso del éxito reproductivo de la población en las dos últimas décadas.
El papamoscas cerrojillo fue elegido para el estudio porque es una especie que Potti ha estudiado de forma casi ininterrumpida desde hace 23 años en la sierra madrileña. Esta ave forestal migratoria prefiere nidales artificiales para la reproducción, lo que facilita su seguimiento.