El plan prioriza la iluminación de los peatones, la introducción de un modelo funcional inteligente y la personalización de los edificios y monumentos destacados.
"Buscamos más claridad, más eficiencia, potenciar los peatones y el patrimonio y contribuir a mejorar la calidad de vida, porque calles bien iluminadas son calles más seguras", ha explicado el teniente de alcalde de Hábitat Urbano, Antoni Vives.
Además, el objetivo es poder implementar el nuevo plan sin incrementar el coste económico, gracias al sistema de leds y a la introducción de la tecnología inteligente.
"No pretendemos iluminar más y gastar más sino iluminar de una manera diferente, con un sistema mucho más eficiente, y gastando mucho menos", ha explicado en este sentido el alcalde de Barcelona, Xavier Trias.
El plan, de hecho, prevé la incorporación de las últimas novedades en tecnología de alumbrado, como la tecnología led, y elementos de gestión, como la regulación, la posibilidad de telecontrol y nuevas soluciones tecnológicas que permitan avanzar hacia una smart city.
Además, se pretende mejorar la percepción de luz de la ciudad, actualmente sesgada por el color amarillento de las lámparas de vapor de sodio de alta presión y por la uniformidad de los niveles lumínicos.
"La prioridad tiene que ser el peatón, no puede ser que esté sobre los viales por donde pasan los coches", ha añadido Trias, que ha explicado que el plan apuesta por la luz de calidad sobre la acera y el trabajo de integración del arbolado y el alumbrado, con el fin de incrementar los niveles de confort y seguridad.
Con respecto a la iluminación de edificios y monumentos, Vives ha recordado que ya se ha llevado a cabo un plan piloto con el monumento a Cinto Verdaguer, que ha dado buenos resultados, y ha explicado que se está trabajando para firmar convenios para iluminar los que no son de titularidad municipal, como la Pedrera o la Sagrada Família, ya que forman parte del patrimonio cultural de la ciudad.
Una iluminación adecuada a cada espacio
La ciudad de Barcelona tiene más de 146.000 puntos de luz, un conjunto desigual que ha dado lugar a una disparidad de criterios, modelos y resultados. El plan, precisamente, se adapta al uso de los espacios.
Así, el plan identifica 32 tipologías de calle y define qué criterio lumínico se tiene que seguir en cada una, en función de sus características y usos.
Además, también se ha elaborado un nuevo mapa lumínico de Barcelona, que recoge estas tipologías.