WWF y TRAFFIC piden a los 177 gobiernos reunidos en Bangkok (Tailandia) a principios de marzo en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) que inicie un procedimiento formal que daría lugar a restricciones comerciales estrictas contra los peores infractores en el tráfico ilegal de marfil. El organismo internacional debería iniciar los procedimientos para imponer sanciones a Tailandia, Nigeria y la República Democrática del Congo. El tráfico de colmillos causa la muerte de 30.000 elefantes africanos cada año.

Las pruebas evidencian que Tailandia, Nigeria y la República Democrática del Congo (RDC) han fracasado repetidamente para hacer frente a la venta de marfil ilegal en sus mercados, una tendencia descontrolada y en crecimiento. Todo ello a pesar de las normas de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) que prohíben la venta no regulada de marfil. Bajo las reglas de los tratados, los 177 estados miembros de CITES pueden recomendar que las partes detengan el comercio con esos países para las 35.000 especies amparadas por la Convención, desde madera hasta pieles de cocodrilo.

En Tailandia, el país anfitrión de la conferencia de CITES y uno de los mayores mercados de marfil no regulados del mundo, los criminales aprovechan las leyes tailandesas que permiten la venta de marfil de elefantes domésticos para blanquear grandes cantidades de marfil ilegal africano. Gran parte de este marfil es comprado por los turistas extranjeros.

WWF lanzaba una petición a escala global instando a la primera ministra tailandesa, Shinawatra Yingluck, a que prohíba completamente el comercio de marfil en Tailandia con el fin de frenar la matanza ilegal de elefantes africanos.

La República Democrática del Congo y Nigeria fueron identificados como los dos países más problemáticos en África como emisores de marfil ilegal, tanto por servir de puente para otros países, como por albergar dos de los mercados domésticos más importantes del continente.

La República Democrática del Congo es una fuente importante de marfil que se exporta, en gran parte, a otros países africanos cercanos como Uganda, Kenia y Tanzania. Además, continúa teniendo un gran mercado doméstico de marfil que se vende abiertamente en las calles del país.

Con una población de elefantes muy pequeña en su propio país, Nigeria raramente suministra marfil de sus poblaciones locales, pero con frecuencia funcionan como almacén y punto de salida del marfil hacia otros lugares, en especial para la exportación ilícita hacia Asia.

Las organizaciones recomiendan también una serie de medidas como el establecimiento de un mecanismo para el seguimiento de las existencias mundiales de marfil, el registro obligatorio de todos los decomisos de marfil a gran escala y la colaboración en la investigación entre fuerzas policiales de diferentes países.

La difícil situación de los rinocerontes de África también es motivo de preocupación para WWF y TRAFFIC. Un récord de 668 rinocerontes en Sudáfrica fueron asesinados por sus cuernos el año pasado. Vietnam ha sido identificado como el principal país consumidor de cuernos de rinoceronte, aún así, ha hecho muy poco para detener a los traficantes.

Tanto Vietnam como Mozambique, por su implicación en el contrabando de cuernos de rinoceronte, deberán demostrar progresos en la próxima reunión de CITES



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