La organización ha presentado el informe "El Ártico y los efectos del cambio climático en España", que evidencia la retroalimentación entre el cambio climático y el deshielo en el Polo norte. Si las temperaturas mundiales aumentan más de 2ºC no solo el Ártico desaparecerá, sino que la Península Ibérica y sus dos archipiélagos se enfrentarán a pérdidas de especies, aumentos de plagas y en general, posibles impactos en importantes sectores económicos.
Por todo ello, Greenpeace lanza a través de la web de la campaña el proyecto de formar una gran cadena humana para pedir que en la Asamblea General de Naciones Unidas se declaren las aguas internacionales del Ártico como espacio protegido con prohibición de actividades de explotación petrolífera y pesca industrial. Los primeros en unirse a esta cadena y "viajar" al Ártico han sido Alejandro Sanz, Juan Ramón Lucas, Wyoming, Thais Villas, Gonzo, Dani Mateo, Coque Malla, Rebeca Jiménez, Sergio Peris-Mencheta y Nicolás Coronado.
Según el informe, el Ártico podría quedar libre de hielo marino durante el verano dentro de 10 ó 20 años. Los efectos paralelos a la desaparición del Ártico que Greenpeace ha analizado en base a pronósticos son:
- Efectos en flora y fauna. Los modelos bioclimáticos predicen que a lo largo del siglo XXI, el 50% de especies forestales como el pinsapo, el abeto, la encina evolucionarán hacia una situación crítica, incluso con riesgo de desaparición pasada la mitad de siglo. Por otro lado, Greenpeace señala la desaparición del hábitat potencial del oso pardo en Asturias, León, Cantabria o Pirineos entre 2041 y 2070. Además, especies exóticas o invasoras como las medusas o el mejillón cebra, que ya causan estragos en el levante o el delta del Ebro, podrán tener unas temperaturas muy favorables para su expansión.
- Impactos en sectores económicos. Los impactos en la agricultura se sienten con especial intensidad en la región Mediterránea. La combinación de temperaturas cada vez más altas y los cambios en el ciclo hidrológico presentan ya un grave problema. Además, la modificación de las situaciones climáticas podría provocar la reducción de hasta el 60% de la producción de vino. Otro de los sectores económicos que se vería afectado es la industria del turismo. Para el turismo de interior, en un escenario entre 2070 y 2100 podría verse reducido la idoneidad climática para turistas en primavera y verano a tan solo la mitad norte de la península. Y para el turismo de nieve, Greenpeace destaca la pérdida de las estaciones de esquí por debajo de los 2.000 metros de altitud entre 2020 y 2050, siendo para estas fechas sólo posible la práctica de este deporte en algunas estaciones del Pirineo.
- Escenarios de alto riesgo. Algunos de los posibles efectos pronosticados para este siglo tendrán consecuencias directas en los planos social, económico y sanitario. Son, por ejemplo, el aumento de la mortalidad asociada a las olas de calor y frío, los impactos directos derivados de fenómenos meteorológicos extremos, el deterioro de la salud vinculada al aumento de la contaminación atmosférica o las enfermedades alimentarias o infecciosas transmitidas por vectores que antes no sobrevivían en España. Además, los grandes incendios forestales de más de 500 hectáreas quemadas son más frecuentes y aumentarían su ratio para el horizonte 2071-2100. Por último, enfermedades infecciosas podrían acelerar el tiempo de incubación del mosquito tigre y su capacidad vectorial de infección, y se crearían las condiciones favorables para que el mosquito de la malaria reapareciese en zonas como las del delta del Ebro.
El deshielo del Ártico, provocado por el cambio climático, agrava a su vez las consecuencias del cambio climático en todo el mundo y en España, ya que:
- Es reflectante de la luz del sol, de forma que, al desaparecer más calor solar, es absorbido por el océano y distribuido por el planeta.
- Su derretimiento contribuye a la subida del nivel del mar.
- El Ártico regula la corriente oceánica o termohalina que distribuye la temperatura del mar de los océanos.
- La alteración del Ártico produce alteraciones en los patrones climáticos, a través de la corriente de chorro, que producen bloqueos en eventos meteorológicos extremos como tormentas o sequías.
- El deshielo libera gases de efecto invernadero como el metano.
En 2011 ya se había perdido el 75% del hielo marino del Ártico en temporada estival, en comparación con los niveles máximos existentes desde que se tienen datos por satélite (1979).
Aunque la recomendación científica es de mantener el calentamiento global por debajo de un aumento de los 2ºC o incluso por debajo de 1,5ºC, Greenpeace afirma que el aumento de la temperatura media global es ya de 0,7ºC, alcanzando en Europa los 0,9ºC y en España 1,5ºC. Con ese aumento de temperaturas, el Ártico helado desaparecerá en verano. Y a su vez, España se enfrentará a un importante aumento de la temperatura media estacional, siendo este máximo en verano (de hasta 6ºC), y mínimo en invierno (entre 2 y 3ºC).