Maderas Nobles lleva ocho años plantando árboles. Nogales, cerezos, castaños y serbales para obtener madera de calidad que ponga freno a la destrucción de los bosques del planeta. Y árboles típicos del bosque mediterráneo que sirvan de barrera verde ante la amenaza real de la desertización. Ahora además, acogerá en sus terrenos de Alcaraz una reserva botánica para proteger y divulgar los endemismos de la Sierra del Segura e invita a la sociedad a apoyar esta iniciativa tan singular como necesaria.
Sabinas negras, encinas, laureles, coscojas, saúcos, tomillo, enebros, madroños, membrilleros y espinos negros. Estas son sólo algunas de las especies de árboles y arbustos autóctonos, de escasa presencia o raras que ya forman parte de la nueva reserva botánica de Maderas Nobles de la Sierra del Segura. Con ella, la empresa de silvicultura sostenible de Albacete pretende acercar al público la riqueza botánica de la zona, protegerla y realizar una labor de educación medioambiental.
Necesitamos al árbol
"Nuestro objetivo ha sido recrear, en una zona no protegida un número considerable de todas las especies de arbustos, árboles y plantas que pueblan la Sierra del Segura y la Sierra de Alcaraz, con fines divulgativos y de producción de especies en peligro de extinción", explica Juan Valero, fundador y administrador de Maderas Nobles. Además, añade Valero: "queremos difundir una nueva cultura del árbol; que todo aquel que venga a visitar la reserva tenga la oportunidad de plantar un árbol y comprenda que puede y debe ser parte activa en esta recuperación del territorio. Necesitamos al árbol como paraguas de la biodiversidad y de la recuperación de los equilibrios rotos".
Permacultura para recuperar el territorio
La reserva botánica se encuentra en Alcaraz, y ocupa un terreno de 34 hectáreas de la conocida como Finca Moisés. Un terreno que en su día fue catalogado como de secano, improductivo y de pasto y que hoy ha sido recuperado mediante técnicas de permacultura para que las especies autóctonas puedan propagarse en las mejores condiciones naturales. Así, se han creado los llamados swales, zanjas que siguen las curvas de nivel del terreno, que se rellenan de materia orgánica, como hojas de plátano o papel triturado, y que retienen y dirigen toda el agua de lluvia hacia las raíces de las plantas.
Un banco de semillas en un cortijo de techo verde
El nuevo espacio se ha dividido en cuatro zonas, una de solana, otra de ribera, un encinar y un roquedal, donde se han plantado comunidades vegetales propias de cada tipo. De la reserva forma parte también un cortijo, que ha sido rehabilitado mediante técnicas de bioconstrucción, es decir con materiales de bajo impacto ambiental, y que ha sido recubierto de un techo verde, donde crece vegetación de raíz poco profunda. El cortijo, además, alberga un local destinado a la educación medioambiental y un banco de semillas, donde se conservan y seleccionan las semillas recolectadas por la empresa y que sirven de suministro de la reserva botánica. A los visitantes que se acerquen a conocer la reserva se les entregarán semillas y se les mostrarán diferentes modos de plantarlas, para así sumar esfuerzos y multiplicar resultados.
Frutas del bosque, setas y miel
Con el acondicionamiento de la reserva se pretende también contribuir al desarrollo económico de las zonas rurales próximas y a su vez crear una masa de vegetación que contribuya a la absorción de CO2.
Maderas Nobles calcula que en un plazo de entre un y tres años, se podrán recolectar dentro de la reserva botánica moras, fresas, collejas, orégano, tomillo y romero, sin comprometer el desarrollo posterior a la recolección y pasados los tres años, diferentes especies de setas comestibles, desde el níscalo a la seta de cardo. Además, en la zona existen varios panales de abejas, lo suficientemente alejados para que no supongan una amenaza para los visitantes de la reserva, además de centenares de pájaros insectívoros, reptiles y anfibios, lo que demuestra que "trabajando en la dirección del medio natural los resultados suelen ser rápidos y espectaculares", concluye Valero,