La UPM participa en el desarrollo de técnicas para la recuperación de especies vegetales de ecosistemas degradados de zonas áridas y frágiles del ámbito mediterráneo.
La recuperación de ecosistemas en zonas semiáridas es una prioridad y un reto complejo por la dificultad que oponen los agentes naturales a la restauración. La implantación de cubierta vegetal de forma masiva sobre todo el territorio sería un remedio, pero es una tarea muy costosa y a menudo con altos índices de fracaso. Por ello, buscando otras posibles soluciones, un equipo de investigadores de diversos organismos, en el que participa la E.T.S. de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), ha puesto en marcha una estrategia para impulsar procesos de restauración a través de la introducción de individuos de especies clave en lugares concretos o en forma de islas de diversidad.
El arto
El arto (Zizyphus lotus) es un matorral que vive en los terrenos costeros del sureste español, altamente degradados y con precipitaciones mínimas. Sin embargo, los ejemplares alcanzan bastante talla y se extienden en superficie formando elementos muy valiosos por su papel protector frente a la erosión, para el refugio de fauna y también para la germinación de otras especies vegetales que podrían colonizar el medio a partir de ellas. En el trabajo realizado se ha ensayado la plantación profunda como un método para reducir la mortalidad de los ejemplares de arto introducidos, y posibilitar su acción restauradora. La plantación profunda sitúa las raíces de la planta que se quiere introducir unos centímetros por debajo de lo normal y estos son clave para conectar las raíces con las capas más húmedas del suelo, que no llegan a secarse ni en los meses estivales.
El estudio, que ha sido publicado en la revista New Forests, demuestra que la plantación profunda empleando tubos protectores para evitar el derrumbe del suelo circundante sobre la planta mejora el acceso de las raíces de arto al agua del suelo y reduce la mortalidad en un 20%, haciendo viable la plantación sin riego de establecimiento. Esta técnica puede extenderse a la plantación de otras especies en el semiárido, y no supone un sobrecoste muy alto frente a la plantación superficial convencional, salvo el empleo de tubos protectores, que en muchas plantaciones conviene utilizar para la defensa de las plantas de los animales predadores.