Perla y Portell, Bruna y Corneli y Mario y Menta. Estos son los nombres de las hembras y machos de las tres parejas de buitre negro (Aegypius monachus) que por estas fechas se están encargando afanosamente de la crianza de otros tantos pollos en la Reserva de Boumort, en la comarca del Pallars Jussá (Lleida). Son las más aventajadas de las seis parejas reproductoras de esta especie que ya existen en el Pirineo catalán, un dato que confirma el regreso del ave a la zona tras más de un siglo de ausencia. Otras dos parejas (Olga y Aleix / Neus y Oriol) iniciaron la reproducción, pero por diversos motivos perdieron su puesta (un único huevo en esta especie) avanzado el periodo de incubación. Una sexta pareja, Aiguaneix y Ares, se ha formado muy tarde y no ha podido reproducirse esta temporada.
La nueva población es fruto del esfuerzo conjunto de una serie de organismos, asociaciones y particulares que han puesto en marcha un proyecto de reintroducción del buitre negro en Cataluña, de donde se había extinguido por completo esta rapaz necrófaga incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. Las primeras liberaciones de ejemplares se iniciaron en 2007 y, tres años después, en un tiempo récord para este tipo de proyectos, la pareja formada por la hembra Perla y el macho Portell ya criaba con éxito un primer pollo. Con los de esta temporada ya son nueve los nacimientos de pollos registrados desde que se inició el proyecto.
El proyecto ha sido promovido por la Generalitat de Cataluña y la Fundació Catalunya-La Pedrera, bajo la coordinación y ejecución de GREFA. También participan la asociación naturalista Trenca y se cuenta con el patrocinio de Red Eléctrica de España. Varias comunidades autónomas colaboran con la cesión de algunos de los buitres negros rehabilitados (tras sufrir alguna enfermedad o lesión) o criados en cautividad que se están utilizando en las reintroducciones.
El Pirineo catalán cuenta en la actualidad con 24 buitres negros, del casi medio centenar que ha sido reintroducido estos años. Esta zona ha pasado a convertirse así en la única de Europa donde coinciden como nidificantes las cuatro especies de buitres presentes en el continente (buitre negro, buitre leonado, quebrantahuesos y alimoche). Esta particularidad supone un atractivo poderoso para el creciente número de fotógrafos y amantes de la naturaleza que visitan la zona y contribuyen a su desarrollo sostenible.
Situación en España
Según el censo estatal coordinado por SEO/BirdLife en 2006 con la colaboración del antiguo Ministerio de Medio Ambiente y las comunidades autónomas, más de 1.800 parejas de buitre negro crían en España, el gran bastión europeo de la especie. Las colonias reproductoras más cercanas a la nueva población pirenaica se hallan en la sierra de Guadarrama (Madrid y Segovia) y en el Parque Nacional de Cévennes (Francia), a unos 400 kilómetros de distancia en ambos casos. “Nuestro objetivo es recuperar lo que fue una zona histórica de cría de buitre negro como puente entre las grandes colonias de la especie en el suroeste ibérico y los núcleos incipientes que han ido surgiendo en Francia a raíz de otras reintroducciones, como en el caso de Cévennes”, explica Ernesto Álvarez, presidente de GREFA.
De los buitres negros reintroducidos en el Pirineo catalán, 16 de ellos están siendo seguidos actualmente a través de la señal transmitida vía satélite por el emisor GPS que portan. Gracias a la información que se recibe de ellos constantemente, se ha comprobado que algunas de estas aves, en los desplazamientos nomádicos y dispersivos que realizan antes de elegir y asentarse en un territorio de cría, visitan las grandes colonias ibéricas de la especie y también los nuevos núcleos franceses, donde en algún caso han llegado incluso a emparejarse temporalmente. Recíprocamente, cada vez más buitres negros de otras poblaciones son avistados en la zona de reintroducción del Pirineo catalán, entre ellos 19 ejemplares de origen francés, según los datos que se han recopilados durante el desarrollo del proyecto.