"Creo que deberíamos dar un giro de ese concepto de "smartcity" a "humancity", es decir, a una ciudad humana, que tenga en cuenta y ponga el foco en el ciudadano", afirmó Hernández Galán en el citado foro informativo, celebrado en Madrid y organizado por Nueva Economía Fórum.

El vicepresidente Ejecutivo de Fundación ONCE, Alberto Durán, fue el encargado de presentar a Hernández Galán, de quien dijo que “a muchos un accidente les cambia la vida, pero a Jesús sólo le ha cambiado la forma de vivir la vida que siempre quiso tener”.

También destacó que ONCE y su Fundación trabajan desde hace 75 años para conseguir una sociedad de participación plena en igualdad de oportunidades

Desde su punto de vista, poner el foco en el ciudadanos significa pensar "en todos y cada uno de los entornos en los que se desenvuelve”, como vivienda, transporte, urbanismo, participación ciudadana, edificación pública, gobernanza, eficiencia energética, comunicación e información y servicios de todo tipo, como salud y administración electrónica, entre otros.

Teniendo en cuenta esta premisa, explicó Hernández Galán, Fundación ONCE ha desarrollado el concepto de "smartcity A Plus", que añade la accesibilidad y el universo de todos los ciudadanos a la idea de ciudades inteligentes.

Así, destacó que 2smartcity" no significa solo "llenar de sensores la ciudad" para monitorizarla, porque "una ciudad realmente inteligente será aquella que sepa poner tanto la estrategia energética como la infraestructura tecnológica para mejorar el bienestar de todos los ciudadanos".

Desde esta perspectiva, el director de Accesibilidad Universal de Fundación ONCE hizo un repaso por los elementos que desde su punto de vista han de tenerse en cuenta a la hora de diseñar ciudades inteligentes y humanas, que van desde la disposición de las calles y su mobiliario hasta la vivienda, pasando por el transporte y los accesos a los lugares públicos.

Urbanismo

En cuanto al urbanismo, señaló que es necesario planificarlo bien desde su origen y hacerlo pensando en todos los ciudadanos, para lo que consideró importante diseñar bien los elementos de las aceras, que a veces no están a la altura adecuada para personas con discapacidad y que, en otras ocasiones, se ubican a la misma altura que la calzada, algo que si bien puede ser "muy útil" para los ciudadanos que se desplazan en silla de ruedas, supone "verdaderos problemas" para los que manejan bastón.

Un "mal ejemplo" de estas calles y calzadas, según señaló, está en ciudades como Ámsterdam, pero también en algunas españolas, donde las bicicletas conviven con el peatón sin separación alguna de circuitos y, muchas veces, sin llevar sonidos que puedan orientar a los peatones ciegos o con discapacidad visual.

Sobre la cuestión de los sonidos en las ciudades, Hernández Galán se refirió a la importancia de luchar contra la contaminación acústica, perjudicial para todos, pero más si cabe para las personas con discapacidad auditiva. En esta línea, matizó que se debe actuar con cautela para no reducir el ruido de tal forma que se llegue a perjudicar a los peatones ciegos, a quienes ya les supone un problema el coche eléctrico.

En este sentido, apostó por tener especial cuidado también con los contenedores de recogida de residuos, que no siempre son ergonómicos ni fácilmente localizables para todas las personas.

Vivienda y Transporte

Con respecto a la vivienda, el responsable de accesibilidad de Fundación ONCE alertó del "verdadero problema de accesibilidad" que supondrán en 20 o 30 años los adosados, ya que estarán ocupados, en su mayoría, por personas mayores a las que costará subir y bajar escaleras.

El transporte fue otro de los elementos de las ciudades en los que se detuvo  Hernández Galán, quien reiteró el peligro que suponen para las personas ciegas los coches eléctricos por su falta de sonido y destacó la importancia de que haya suficientes taxis accesibles en todas las ciudades.

Estos taxis, añadió, fueron en su día "un proyecto pionero que hizo líder a España" pero que ahora "empieza a tener ciertas dificultades de viabilidad". En Madrid, agregó, debería haber 800 taxis acccesibles para las personas con movilidad reducida y hay solo un centenar, "y bajando", apostilló.

Finalmente, el director de Accesibilidad Universal de la Fundación ONCE aseguró que hay que tener cuidado con el diseño de estos taxis para que cumplan la normativa y sean seguros, confortables y de calidad, algo que sí suele darse en España, pero que no se ve en todos los países europeos.



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