Propietarios de los pinares se asocian para aprovechar la puerta abierta por la Dirección General de Medio Ambiente. Ya han comenzado a cortar árboles en los pinares de Majadas y Talayuela.
Las cortas han sido autorizadas con algunas limitaciones, como dejar perímetros de 50 metros en torno a los nidos de especies en peligro de extinción, donde sólo se cortarán el 50% de los árboles maduros, o mantener al menos 10 árboles maduros por hectárea.
Sin embargo, a juicio de SEO/BirdLife estas limitaciones son insuficientes, el bosque maduro que hace décadas que no es explotado forestalmente con esta intensidad, por lo que no puede hablarse de un uso tradicional desaparecerá como tal en las zonas de aprovechamiento, quedando reducido a grupos de árboles aislados rodeados por zonas en las que la regeneración del pinar tardará décadas.
El propio informe ambiental de la administración, que adolece de una preocupante falta de información, reconoce que la intensidad de las cortas puede llegar a ser mayor que la capacidad de regeneración de estos bosques, pero se limita a establecer que en ese caso se replante con semillas de la zona, lo que implícitamente supone reconocer que se autoriza un aprovechamiento forestal insostenible, mientras se omite el efecto que esto tendrá sobre las especies amenazadas que se refugian allí. Además, el informe ambiental no menciona explícitamente todas las especies protegidas que pueden verse afectadas ni establece medidas preventivas o correctoras para cada una de ellas.
Todo ello supondrá un impacto significativo y duradero en los hábitats naturales protegidos, que de facto desaparecerán como tales. Además, estas autorizaciones concedidas ahora a propietarios concretos, abren la puerta al resto de propietarios de los pinares protegidos, para solicitar autorizaciones en iguales condiciones, lo que equivale a la futura desaparición de estos bosques como refugios de fauna y su conversión en explotaciones madereras.
Estos centenarios bosques de pinos autóctonos, fueron declarados corredor ecológico y de biodiversidad por la Junta de Extremadura en 2003, al comprobarse que actúan como refugio de multitud de especies forestales protegidas, ya que son verdaderas islas rodeadas ya de amplias zonas dedicadas a cultivos intensivos. También están declarados como ZEPA de la Red Natura 2000 por la importancia de las especies de aves que habitan en ellos, fundamentalmente rapaces y cigüeñas negras.
En 2012 el propietario de una de estas fincas intentó cortar más de cien hectáreas del pinar de Majadas en base a una autorización similar. Tanto el Ayuntamiento de Majadas como SEO/BirdLife pidieron la paralización de los trabajos y la revisión de las autorizaciones para someterlas a una evaluación ambiental detallada y a una planificación previa de los aprovechamientos forestales en todo el espacio protegido.