Mientras la población alicantina manifiesta su descontento en las redes sociales culpando al consistorio del fin del servicio de alquiler de bicicletas, la Concejalía de Medio ambiente se desmarca del asunto al declarar que ha sido la propia Tevaseñal SA, empresa adjudicataria del servicio, la que una vez finalizado el contrato, no quiere prorrogarlo.
Ull: “El PP ha dejado morir el sistema de Alabici porque le importa muy poco que Alicante…” http://t.co/r7sy2WTlqN vía @alicanteopinion
— Alicante opinión (@alicanteopinion) marzo 13, 2014
laverdad.es recogía los datos facilitados por Labici según los cuales el servicio tuvo aproximadamente 13.000 usos a lo largo de 2013 y 3.544 en lo que va de 2014 entre los 580 usuarios registrados. Además añade, que tan sólo en el mes de Febrero se han dado de alta 92 nuevos usuarios y se han registrado 1.500 usos. La publicación de estos datos ha incrementado el descontento de la población ya que revelan que el servicio tenía cierto seguimiento.
Alabici tuvo 13000 usos en 2013… muerto muerto tampoco estaba http://t.co/hnQabISyMu
— Masa Critica Alacant (@mcalicante) marzo 14, 2014
Sin embargo ¿Es suficiente?. La población de Alicante asciende a 335.052 habitantes (INE 2013), es decir, que tan sólo el 0,17% de la población se registró en Labici.
Si comparamos estos datos con el seguimiento del servicio de alquiler de bicicletas de Valencia, Valenbisi, en el que hay 87.956 usuarios registrados de los 797.028 habitantes de la ciudad (INE 2012),es decir, un 11% de la población hace uso del servicio valenciano, se aprecia la inviabilidad de Labici.
¿Por qué en dos ciudades similares se producen estas diferencias?, la respuesta no es sencilla, sin embargo la instauración de este tipo de servicios requiere un gran esfuerzo por parte de los ayuntamientos. Un esfuerzo sobre todo económico, ya que el mantenimiento de las bicicletas en perfectas condiciones es caro, así como la adecuación de las infraestructuras municipales puede ser costosa. Pero más importante aún y clave para la implantación exitosa del servicio es creerse la utilidad de la bicicleta como alternativa al transporte tradicional, y apostar por la difusión y divulgación del mismo entre los vecinos para fomentar su uso.
Valenbisi. En Valencia, di sí a la bici
Quizás sea en estos puntos donde los alicantinos más critiquen al ayuntamiento, argumentando una falta de apoyo a un servicio clave para conseguir una movilidad más sostenible. Además, otra de las apuestas del Ayuntamiento de Alicante para promover el uso de la bicicleta, la Ciclovía fue suprimida hace unos meses, hecho que fue denunciado por Alacant en bici.
Sin embargo, Alicante no es la única ciudad que ha fracasado en la implantación de la bicicleta como herramienta para promover la movilidad sostenible. Y es que lo que en muchos municipios se considera en un principio un aspecto indispensable para mejorar la calidad de vida de los vecinos en el previo de las campañas electorales, y por contra, cuando se acaban las ayudas se convierte en un lastre del que deshacerse.
En los últimos años se han concedido muchas ayudas a corporaciones locales, lo que motivó a muchos ayuntamientos a establecer un servicio de alquiler de bicicletas. El desenlace de estas actuaciones que se llevan a cabo sin realizar un plan de gestión del servicio previo a su implantación se reflejan por ejemplo en el cierre del servicio a los pocos días de su implantación, como sucedió en Jaén.
Por suerte, el avance del uso de la bicicleta es una realidad en la mayoría de los municipios españoles, y además, existen buenos ejemplos de uso de bicicleta pública, en Sevilla, Barcelona, San Sebastián, Vitoria… Incluso parece que, por fin, habrá servicio de bici pública en Madrid.