Muchas industrias, desde la alimentaria hasta la metalúrgica, precisan cantidades inmensas de agua para realizar sus respectivos procesos, y la calidad del agua puede afectar de forma determinante a la calidad de sus productos finales.
Los investigadores participantes en un proyecto financiado con fondos europeos han ideado un método innovador con el que quizás puedan remediarse la morbilidad y la mortalidad provocadas por contaminantes acuáticos.
Su trabajo ha dado lugar a un dispositivo de tecnología sofisticada diseñado para detectar bacterias en agua capaz de evaluar al instante la calidad de aguas y efluentes de procesos industriales valiéndose de un dispositivo optoultrasónico y de un equipo de diagnóstico de base lipídica.
El sistema es fruto de la iniciativa AQUALITY, un proyecto iniciado en diciembre de 2011 y dotado de financiación con arreglo al Séptimo Programa Marco de la Unión Europea. La investigación finalizó en febrero y el dispositivo está sometido actualmente a ensayos de campo en Noruega.
Estos ensayos revisten una importancia crucial para la industria, donde la calidad del agua repercute de forma directa en la eficacia de la producción, los costes operativos y la sostenibilidad.
La presencia de contaminantes plantea un peligro manifiesto; no en vano se ha descubierto que la causa de enfermedades de origen alimentario ha sido el uso de agua contaminada con patógenos para la elaboración de alimentos. Concretamente, se calcula que esta es la causa cada año de 76 millones de casos de enfermedad, 325.000 de ellos, graves con hospitalización y de 5 000 fallecimientos solo en Estados Unidos. La situación no difiere en demasía en Europa. En el Reino Unido, por ejemplo, una de cada diez personas sufrió enfermedades causadas por patógenos transmitidos por agua y alimentos en 2005, un porcentaje que duplica el registrado en 1995.
Hoy por hoy, la detección de contaminantes en el agua se efectúa principalmente por medios manuales, esto es, mediante muestreo y análisis en el laboratorio (lo que se denomina análisis fuera de línea). Estos métodos al uso resultan lentos y caros, por lo que la cantidad de análisis efectuados ha de ser la mínima posible.
Por ello desde la industria se han reclamado soluciones novedosas, rentables y más rápidas, en línea y a escala de laboratorio, para detectar patógenos acuáticos de gran importancia.
En el seno de AQUALITY se ha desarrollado un dispositivo de análisis de agua en línea que no tiene precedentes. Con él se pretende sustituir el muestreo rutinario y el análisis de patógenos en laboratorio. Se trata de un sistema capaz de detectar una serie de especies bacterianas en agua, entre ellas Salmonella, Listeria monocytogenes y Campylobacter.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos calcula que los costes sanitarios y la pérdida de productividad que ocasionan estas tres clases de bacterias supera los 6.900 millones de dólares al año.
AQUALITY corrió a cargo de un consorcio coordinado por la empresa ENSATEC y en él participaron entidades de varios Estados miembros.
José Manuel Ochoa Martínez, asociado al proyecto, afirmó que su investigación de tres años de duración había arrojado resultados tangibles, en concreto, un método nuevo para el análisis de contaminantes microbiológicos capaz de detectar rápidamente la presencia de cepas bacterianas en agua corriente y aguas residuales. Según señaló, los resultados preliminares son realmente prometedores y ajustados a las expectativas.
Y añadió que nuestro enfoque es novedoso por cuanto empleamos liposomas artificiales para detectar las bacterias en el agua. Se trata de un logro que podría ofrecer una ventaja competitiva inmensa para la empresa que lo propone y que podría abrir un mercado de proporciones considerables a escala mundial.