El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha autorizado el encargo de obras para la ejecución del proyecto básico del centro de cría en cautividad del lince ibérico, en el término municipal de Zarza de Granadilla, en Cáceres.
Este centro en el que se invertirán 5.530.312 euros, de los cuales el 70 por cierto proceden de Fondos FEDER para actuaciones en Red Natura 2000, contará con una superficie de 93 hectáreas ubicadas en la finca "Las Correderas", del Organismo Autónomo Parques Nacionales.
Además de la construcción de los cercados para el mantenimiento de los ejemplares reproductores, de los edificios para residencia y usos múltiples, entre los que se incluyen las oficinas de control, la clínica y la zona de cría de cachorros, las obras incluirán una nave de servicios, zonas de cuarentena para la aclimatación de los linces, y un edificio de acceso controlado a los jaulones.
También está prevista la ejecución de otros servicios necesarios como el sondeo de agua potable con depuración, conexión a la red eléctrica con transformador a baja tensión, energía fotovoltaica, telecomunicaciones, vallado perimetral y adecuación de los accesos a los distintos edificios.
Con la construcción de este centro, cuyo inicio de obras esta previsto para dentro de unas semanas, serán ya tres los dedicados en exclusiva a la cría en cautividad del lince en España, si bien el de Cáceres será el primero ubicado fuera de la Comunidad Autónoma de Andalucía, donde ya se encuentran los de Acebuche y la Aliseda.
Complementariamente se contará próximamente con otro Centro en Portugal, que se integrará también en el programa coordinado de cría en cautividad, y se mantendrá la colaboración con el zoológico de Jérez, donde se albergan algunos ejemplares.
Con este nuevo Centro, cuya construcción cuenta con la cooperación y apoyo de la Comunidad Autónoma de Extremadura, se aumentará la disponibilidad de instalaciones para albergar a la población cautiva necesaria para desarrollar con éxito el programa ex situ.
Un estudio genético realizado en 2004, en colaboración con la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), ha dictaminado que la población cautiva debe contar con un mínimo de 60 – 70 ejemplares reproductores, para mantener una óptima variabilidad genética de los animales producidos en el marco de este proyecto. De esta forma, los cachorros criados en cautividad contarán con plenas garantías sanitarias y genéticas, de cara a su futura reintroducción en el medio natural, hecho que se espera pueda tener lugar en un plazo de tres años.