Los inuit groenlandeses aseguran que el fletán negro «ya no sabe igual». Su carne ha perdido textura e intensidad porque el mar se calienta. La especie, como otras, se refugia en latitudes más septentrionales, más frías, y la pesca ya no es el maná de antaño. En realidad, el sabor de fletán es el menor de los problemas del pueblo inuit. Les acechan otros colosales. Ellos son la primera trinchera del cambio climático.
En jerga científica, Groenlandia es un "hot spot", un punto caliente del cambio climático. Es la segunda masa helada después de la Antártida. Aquí las temperaturas han subido tres grados en veinte años y los glaciares retroceden a ojos vista. Su deglaciación total elevaría 6,4 metros el nivel de los océanos.
Hasta este gigantesco cubito de hielo a punto de fusión ha subido Canal Odisea para presentar su órdago del mes de julio. Una programación especial, monotemática, sobre la crisis climática en el Ártico y sus repercusiones globales. En total, 23 documentales que se emitirán a partir del 1 de julio, de lunes a miércoles a las 17.00 horas, y muestran en toda su crudeza la rebelión de un mundo herido. Glaciares que se desmoronan, osos polares en témpanos a la deriva, inuit expulsados de su hábitat… imágenes de una belleza espectacular, amenazante a la vez, capturadas en episodios premiados y producidos en España, Francia, EE. UU., Reino Unido y Canadá.
Cerca del espectador
Es el ciclo más largo de documentales programado por Odisea en sus 13 años de vida. «Estamos preocupados y es una manera de contribuir al esfuerzo de concienciar a los ciudadanos, de promover políticas para luchar contra el calentamiento global», explica Roberto Blatt, director de Contenidos de Canal Odisea y de su productora, Chello Multicanal. Además, durante julio se emitirán piezas divulgativas de un minuto de duración con el propósito de «familiarizar a los espectadores con el concepto de cambio climático». Esta programación tendrá su epílogo el 28 de agosto con un documental de factura propia sobre Groenlandia.