La organización ecologista WWF/Adena estrenó ayer un nuevo "Observatorio del Petróleo", coincidiendo con la celebración en Madrid del Congreso Mundial del Petróleo, para concienciar a los ciudadanos de las consecuencias de su consumo.
La ONG señala en un comunicado que, a este ritmo de consumo, el petróleo es un recurso energético "insostenible" desde el punto de vista económico y ambiental. También recuerda que las emisiones per capita de dióxido de carbono (CO2) por petróleo en España superan en un 260 por ciento la media mundial.
En ese sentido, el experto en energía y cambio climático de WWF Adena Heikki Willdstedt estima que el crudo es un "recurso demasiado valioso como para quemarlo" en los automóviles, "teniendo mejores opciones para hacerlos funcionar", y considerando las "aplicaciones fundamentales para la medicina" y otros sectores.
Asimismo, WWF/Adena denuncia que en 2008 España lanzará unas 240 millones de toneladas de CO2, lo que exige comprar derechos de emisión en el extranjero para compensar cerca del 40 por ciento de éstas. Esto supondría un coste de entre 500 y 2.700 millones de euros y, si se suman los aspectos económicos, se estima que la factura petrolera alcanzará los 47.000 millones de euros en este año, según la organización.
Como solución, la organización medioambiental propuso la elaboración de un "Protocolo de salida del Petróleo en el Transporte" que surja del consenso y que permita a España desterrar el consumo de derivados de crudo para el transporte en 2025.
No obstante, insistió en que las "principales bazas para sustituirlo" son el ahorro de energía, los cambios de conducta y la apuesta por vehículos eléctricos que se propulsen con otras fuentes de energía. "
WWF/Adena destacó la necesidad de reducir el consumo ya que si se queman todas las reservas de crudo, que según las estadísticas se acabarán en unos 40 años, se emitirán a la atmósfera más de 520.000 millones de toneladas de CO2, lo que equivaldría a quemar todos los bosques del mundo tres veces y media. De producirse esa circunstancia, a finales del siglo XXI las temperaturas aumentarían entre 4 y 4,9 grados centígrados con respecto a las actuales.