Aunque no son habitualmente el objetivo de la pesca, los tiburones y ciertos grupos de esponjas y corales de agua fría pueden verse afectados por barcos que realizan pesca de arrastre en aguas profundas, entre 200 y 2.000 metros.
En la mayoría de los casos, la tasa de supervivencia de estas especies de captura accidental en aguas profundas tras ser liberadas de nuevo en el mar, es baja.
Pocos países proporcionan actualmente información detallada sobre la captura accidental en aguas profundas, por lo que es difícil entender los efectos de la pesca en estos ecosistemas marinos vulnerables.
"Allí abajo existe una gran variedad de especies extrañas y maravillosas, que juegan un papel importante en los ecosistemas de aguas profundas", aseguró Johanne Fischer del Programa Fishfinder de la FAO. "Pero científicos y pescadores –añadió- pueden tener problemas para identificarlas, ya que hay pocas herramientas de identificación disponibles. Por ello tienden a agrupar las especies como tiburones de aguas profundas cuando informan de sus capturas".
En general, la información sobre capturas de peces cartilaginosos -tiburones, rayas, mantas y quimeras, todos ellos con esqueletos hechos de cartílago en vez de hueso- es escasa en comparación con las de peces óseos.
A nivel mundial -e incluyendo todos los tipos de pesca-, sólo el 36 por ciento de las capturas de peces cartilaginosos se identificaron a nivel de especie o género en 2011, en comparación con más del 75 por ciento de los peces óseos.
"Necesitamos una visión más clara de lo que está pasando, y esto es especialmente cierto para las aguas profundas", explicó la analista pesquera de la FAO Jessica Sanders. "Las nuevas guías de aguas profundas de la FAO ayudarán a los pescadores a ofrecer información más detallada, y como resultado los países estarán en mejor posición para implementar las Directrices Internacionales de la FAO para la ordenación de las pesquerías de aguas profundas en alta mar, que establecen recomendaciones para la conservación y gestión de los ecosistemas vulnerables".
La FAO apoya la implementación de prácticas de gestión sostenible de la pesca señaladas en las Directrices Internacionales a través de un programa a gran escala sobre la pesca en aguas profundas, que incluye la mejora de la información mediante el desarrollo de guías de identificación y programas de capacitación.
El hábitat más grande del planeta
Las aguas profundas son el hábitat más grande del planeta, ya que abarcan el 53 por ciento de la superficie del mar, y los pescadores han explotado cada vez más sus recursos en las últimas décadas.
Lejos de las costas, resulta complejo gestionar de forma sostenible la pesca de aguas profundas.
La pesca en aguas profundas en las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional (zonas ABNJ, por sus siglas en inglés) queda fuera del control de cualquier país y se desarrolla con frecuencia en zonas con relieve marino, como los montes submarinos. Estos ecosistemas suelen ser sensibles, ya que muchas especies de aguas profundas maduran y se reproducen con lentitud, siendo especialmente vulnerables a la sobrepesca.
"Más que en cualquier otra área marina, garantizar la conservación a largo plazo y el uso sostenible de los recursos vivos marinos de aguas profundas depende de la voluntad de los países y los propios pescadores, para adoptar estrategias de gestión sostenible y responsable", señaló Jeremy Turner, coordinador del programa Common Oceans, iniciativa para las zonas ABNJ gestionado conjuntamente por la FAO y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM).
Comienzo con el Océano Índico
La primera guía de la serie de la FAO sobre especies vulnerables de aguas profundas se centra en el Océano Índico, una de las regiones más diversas y menos conocidas en materia de peces cartilaginosos de aguas profundas
En conjunto, el Océano Índico alberga alrededor del 36 por ciento de las especies cartilaginosas de aguas profundas del mundo: 117 tiburones, 61 rayas y 17 quimeras, peces similares a los tiburones, también conocidos como tiburones fantasma.
Entre las especies descritas se incluye el tiburón cigarro (Isistius brasiliensis), de medio metro de longitud (conocido en inglés como tiburón cookiecutter por sus mordiscos en forma de galleta a peces más grandes), así como el tiburón baboso, la falsa pintarroja y la raya de aguas profundas, que pueden llegar a medir cerca de tres metros.
La guía está plastificada para su uso en el mar e incluye ilustraciones en color de los tiburones más difíciles de identificar o capturados con mayor frecuencia, así como información de otras especies que a menudo son mal identificadas.
Desarrollado por el Programa de pesca de aguas profundas de la FAO en estrecha colaboración con la FAO Fishfinder y con el apoyo financiero de Noruega y Japón, la guía se acompaña de un catálogo de las especies de mayor profundidad que incluye información científica detallada.
La serie incluirá a la larga esponjas y corales y cubrirá todas las zonas más importantes de pesca de aguas profundas del mundo.
La FAO y los tiburones
La FAO lleva tiempo trabajando para mejorar la gestión y conservación de los tiburones. En 1999 se adoptó un Plan de Acción Internacional para la Conservación y Ordenación de los Tiburones, que establece que los países que pescan tiburones deben elaborar programas nacionales para la conservación y gestión de los mismos.
Hasta el momento 18 de las 26 principales naciones del mundo que pescan tiburones tienen un plan nacional sobre tiburones y 5 más están en proceso de desarrollarlo.