El conejo es una especie clave para los ecosistemas ibéricos y sus altibajos poblacionales, que sacuden las pirámides tróficas, se sienten de modo especial en el mundo rural. Los conejos, que tanta hambre quitaron en la década de los cuarenta y que llegaron a ser una plaga en los cincuenta, sucumbieron ante enfermedades provocadas por el hombre. Primero, a partir de finales de los cincuenta, fue la mixomatosis y luego, a finales de los ochenta, la Neumonía Hemorrágico-Vírica (NHV).
De la emergencia cinegética a la sanitaria
Hace pocos años que el conejo se recuperó en buena parte de Andalucía, incluso de forma espectacular en algunas zonas de la campiña andaluza, en donde de nuevo llegó a considerarse una plaga. La abundancia de conejos y los consiguientes daños en la agricultura obligaron a que en julio de 2012, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio decretara la emergencia cinegética (ampliación del periodo hábil de caza para incrementar la presión cinegética, disminuir las poblaciones y controlar los daños) en numerosas áreas cinegéticas de las provincias de Cádiz, Córdoba, Jaén, Málaga y Sevilla.
Sin embargo, en los últimos dos años, una nueva cepa de la NHV está provocando estragos en buena parte de Andalucía. La nueva cepa, a diferencia de la “clásica”, afecta también a los conejos jóvenes y su impacto es tal que a finales del año pasado, la Consejería decretó la emergencia sanitaria en 23 áreas cinegéticas.
Debido a la tendencia regresiva constatada en el marco del Programa de Seguimiento de Especies Cinegéticas de Caza Menor en Andalucía, tras la irrupción e incidencia de esta nueva variante de la NHV, en el Comité de Caza del Consejo Andaluz de Biodiversidad, celebrado el pasado 29 de abril, se acordó “no continuar con las medidas de control de daños de conejo silvestre recogidas en la declaración del área de emergencia cinegética temporal de temporadas anteriores”. Sin embargo, en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) del pasado 7 de agosto, aparece publicada una Resolución de la Dirección General de Gestión del Medio Natural, por la que se mantienen las medidas de control de daños de la temporada anterior y en los mismos términos municipales, aunque reduciendo el número de días hábiles y de cazadores.
Urge una gestión cinegética de calidad
A pesar de esta reducción de la presión cinegética, SEO/BirdLife considera que, en las circunstancias actuales, la declaración de esta nueva emergencia cinegética supone un riesgo para la correcta gestión de la caza del conejo en Andalucía. La regresión en la abundancia de esta especie hace necesario evaluar caso por caso la autorización de medidas excepcionales, tal y como se había acordado en el Comité de Caza. Dada situación actual, son necesarias mayores garantías para que la presión cinegética excepcional solo se lleve a cabo en aquellos acotados en donde aún existan poblaciones abundantes que estén provocando daños reales. Estas garantías difícilmente se conseguirán con esta nueva ampliación de las medidas de control de daños en un territorio tan amplio y con situaciones poblacionales tan diversas, incluso dentro de estas mismas zonas.
Graves consecuencias para las especies amenazadas
La nueva cepa del virus ha provocado que el conejo vuelva a escasear en muchos sitios. Algo que afecta directamente a algunos programas de conservación en Andalucía, especialmente a los del lince ibérico y el águila imperial, que han tenido que replantear sus acciones de conservación. SEO/BirdLife, que alertó hace dos años sobre los potenciales efectos dañinos de esta nueva epidemia, advertía sobre la posibles consecuencias sobre estos programas. Concretamente, respecto al programa de conservación del águila imperial, a finales del año pasado, SEO/BirdLife solicitó en el Consejo de Participación del Espacio Natural Doñana la toma de medidas urgentes por parte de las Administraciones. El conejo es un recurso natural fundamental en el mundo rural y una pieza clave para la conservación de nuestro patrimonio natural. Es necesario evitar inercias y poner en marcha una gestión cinegética de calidad, con modelos de gestión adaptados a cada situación que eviten agravar los efectos de esta nueva epidemia.