Un equipo de investigadores de la Universidad de Valladolid ha desarrollado un modelo informático para el análisis prospectivo de los recursos energéticos mundiales cuyos resultados muestran que el mercado energético mundial sufrirá graves tensiones entre oferta y demanda entre 2020 y 2030. El trabajo, publicado recientemente en Energy muestra que si las tendencias observadas en la economía mundial no cambian drásticamente, sectores como el transporte tendrán problemas para satisfacer su demanda creciente de energía en los próximos seis años (antes de 2020), mientras que sectores como el industrial, el residencial o la electricidad pueden tener problemas antes de 2030.
Los investigadores, miembros del Grupo de Investigación en Energía, Economía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid, explican que los escenarios de desarrollo socioeconómico que prevén agencias internacionales como la OCDE y la ONU son incompatibles con los límites de extracción de recursos energéticos fósiles publicados en la literatura científica y con los ritmos de desarrollo de las tecnologías alternativas.
El estudio, realizado por un equipo multidisciplinar de ingenieros, científicos y economistas, denuncia que las agencias internacionales como la OCDE, el Fondo Monetario Internacional (FMI), o la Agencia Internacional de la Energía (IEA) "ignoran sistemáticamente en sus análisis la incertidumbre existente en la disponibilidad de recursos energéticos, considerándolos artificialmente abundantes", explican. Un ejemplo paradigmático es el hecho "de que raramente se tenga en cuenta el declive del petróleo barato y de fácil acceso, o petróleo convencional, fenómeno predicho hace décadas en la literatura científica y que ha sido corroborado por los hechos en el año 2006, cuando la Agencia Internacional de la Energía reconoce que tuvo lugar el cénit de este recurso", añaden.
El trabajo se enmarca en la tradición de los estudios sobre los Límites del Crecimiento, que se remontan a 1972 con la publicación de los estudios del Club de Roma. Estos estudios están cobrando de nuevo fuerza, como demuestra el trabajo desarrollado recientemente por investigadores de la NASA que analiza la importancia de la desigualdad y la explotación insostenible de los recursos en el colapso de las civilizaciones.
Los investigadores aseguran que las energías renovables son "claramente la alternativa necesaria para una transición energética a una sociedad sostenible puesto que los recursos fósiles no convencionales (gas de pizarra -fracking- o el shale oil) presentan tasas de extracción y de retorno energético muy bajas, además de muy altos impactos medioambientales".
Sin embargo, precisan que es necesario tener en cuenta que las energías renovables, debido a su naturaleza, presentan "claras limitaciones en relación a las fósiles: son intermitentes, distribuidas y parte integrante de la biosfera", por lo que una cooptación importante de éstas "podría alterar dinámicas fundamentales de los ecosistemas".
Ritmo de sustitución lento
El estudio encuentra que los escenarios de crecimiento económico mundial que llevan asociados crecientes consumos de energía son incompatibles con las restricciones biofísicas de las fuentes de energía. Es significativo el hecho de que el ritmo de sustitución de las energías de origen fósil por las energías renovables no es tan rápido como sería necesario debido a dificultades tecnológicas y económico-políticas, especialmente en el sector del transporte. En consecuencia, pueden ser inevitables escenarios de reducción de consumo energético.