WWF/Adena presentó ayer su Incendiómetro 2008 en el que analiza la vulnerabilidad de las CCAA ante los incendios forestales. Castilla y León, Galicia, Extremadura, Comunidad Valenciana y Canarias figuran, por este orden, como las que tienen un mayor riesgo de sufrir episodios graves de incendios. La organización incide este año en que la principal causa de este problema reside en la falta de gestión forestal, ya que menos del 13 por ciento de la superficie forestal cuenta en la actualidad con un Plan de Gestión, tal y como demanda la Ley de Montes.
El Incendiómetro 2008 de WWF/Adena es un estudio detallado en el que se analiza, por comparación relativa entre las CCAA, su vulnerabilidad (1) ante los incendios forestales y los avances producidos en cada una de ellas en la lucha contra este problema. Los resultados señalan a Castilla y León, Galicia, Extremadura, Comunidad Valenciana y Canarias como las regiones con mayor riesgo. Entre las que se presentan como menos vulnerables, destacan Madrid, La Rioja, Baleares y Murcia.
Para realizar esta clasificación, WWF/Adena ha examinado veinte parámetros que valoran aspectos tan diversos como la planificación y la gestión forestal, el despoblamiento rural, la frecuencia y tamaño de los incendios, la intencionalidad o la identificación y detención de culpables. En la página web se puede consultar el método de investigación para la elaboración del Incendiómetro.
Félix Romero, Responsable del programa de Bosques y
Juan Carlos Del Olmo, Secretario General de WWF Adena España
Foto: Cristina Martín
Comparando la década anterior con la actual, el informe concluye que se han producido mejoras en determinados ámbitos. De hecho, la superficie afectada por el fuego se ha reducido en más de un 8 por ciento, la eficacia de los dispositivos de extinción se ha incrementado notablemente y se ha intensificado la presión judicial, multiplicándose por dos el número de detenidos desde el año 2000.
Sin embargo, lo cierto es que el número de incendios ha crecido en más de 2.000 casos al año. De igual forma, ha aumentado la incidencia de los Grandes Incendios Forestales que cada vez queman más superficie y cobran un protagonismo especialmente preocupante en ocho Comunidades Autónomas. Un análisis detallado de los datos de los últimos 17 años revela que en todo este periodo no se ha conseguido mejorar las estadísticas de los incendios, a pesar de las crecientes inversiones.
En cuanto al impacto económico, el estudio revela pérdidas que alcanzan los 5.500 euros por hectárea forestal quemada, sin contabilizar los gastos de prevención y extinción. Esta cifra supone que las pérdidas asumidas por España han alcanzado unos 14.000 millones de euros desde 1991 a 2006, destacando Galicia, Castilla y León y la Comunidad Valenciana como las más afectadas por este grave perjuicio.
Asimismo, apenas se ha avanzado en la investigación de causas, ya que sólo se ha incrementado en un 3 por ciento el número medio de incendios con causa conocida y se ha identificado casi un 8 por ciento menos de culpables en relación al total de incendios tras los cuales está la mano del hombre.
Según la organización, en la raíz de este problema se encuentra la deficiente ordenación del territorio y la ausencia de gestión forestal, ya que apenas el 13 de las superficie forestal cuenta con un Plan de Gestión, tal y como recoge la Ley de Montes. Cabe recordar que el Plan de Gestión Forestal es el documento técnico que recoge las medidas de gestión de los recursos naturales en un espacio forestal.
Ante esta situación, WWF/Adena insiste en que es imprescindible reforzar al máximo la inversión en este ámbito y garantizar la aplicación de dichos planes. De este modo, pide a los gobiernos central y autonómico que incrementen en hasta un 40 por ciento la superficie forestal bajo planes de gestión en vigor para 2010, solicitando también su certificación por el sistema FSC para 2012.
Según Félix Romero, Responsable del Programa de Bosques de WWF/Adena: "Las políticas de lucha contra incendios no pueden quedarse sólo en el enfoque de extinción, sino que hay que tener muy en cuenta los factores sociales, económicos y paisajísticos sobre los que se consolida el territorio rural". Y concluye: "Los políticos y la sociedad siguen dando la espalda al medio forestal, y para lograr que nuestros montes sean menos vulnerables a los incendios hay que apostar por la planificación, la gestión y la certificación forestal".