Los ecosistemas de los que depende el bienestar de la humanidad sufren una gran degradación a escala global, y en España unos de los más castigados son los bosques, que apenas cubren un tercio de la superficie que podrían ocupar.
Unos 300 voluntarios han plantado casi 2.000 ejemplares de especies autóctonas como alcornoques, fresnos y robles.
Desde el valle del Ebro en Zaragoza hasta las laderas del Parque Nacional de Sierra Nevada, los voluntarios de WWF se han volcado con la conservación de los bosques en la “Plantación en Red”, un evento que se celebra por cuarto año consecutivo y que en esta edición ha logrado récord de participación, con 10 localizaciones y unos 300 participantes.
El mensaje lanzado este año por los voluntarios de WWF es muy claro: la necesidad de cuidar nuestros bosques para prosperar en un planeta vivo.
Como demuestra el Informe Planeta Vivo 2014, presentado este otoño por WWF, el estado de la biodiversidad a nivel global es alarmante: entre 1970 y 2010 las poblaciones de especies de vertebrados se han reducido un 52%. La principal causa de esta crisis ecológica global es la degradación y la destrucción de los hábitats, entre ellos los bosques.
Y España sufre directamente esta situación: los ecosistemas forestales apenas ocupan un tercio de su superficie potencial, debido a la transformación provocada por actividades como la agricultura, la ganadería, el desarrollo de cultivos forestales o la expansión urbanística.
Durante la “Plantación en Red”, los voluntarios de WWF han actuado en algunos de los entornos donde esta transformación ha sido más grande. Por ejemplo, los carrascales de la meseta castellano-manchega, característicos de la zona donde ha actuado el Grupo de WWF Guadalajara, cubren menos de un 10% de su superficie original.
Además, como ocurre con muchos de los bosques que nos quedan, su estado de conservación es muy desfavorable por causas como el abandono y la falta de gestión.
“Si queremos asegurar nuestro bienestar y el de las generaciones futuras tenemos que empezar a vivir dentro de los límites del planeta, y una de las claves para lograrlo es preservar el capital natural."
Los bosques, por su importancia para la biodiversidad y la multitud de servicios que ofrecen a la humanidad, son una parte esencial de ese capital natural”, ha asegurado la coordinadora de restauración forestal de WWF España, Diana Colomina. “A escala estatal hacen falta medidas planificadas y coordinadas, con base científica, para ampliar la superficie boscosa y mejorar la calidad ecológica de los bosques que aún nos quedan”, ha explicado.
Los Parques Nacionales, los espacios protegidos más emblemáticos del país, tampoco se libran de los males de nuestros bosques. En Cabañeros (Ciudad Real) y en Sierra Nevada (Granada), la “Plantación en Red” se ha realizado en zonas afectadas por incendios en los últimos años. En Doñana, los voluntarios de WWF han actuado en una zona de ribera degradada, para mejorar su papel como corredor ecológico.