"En los últimos años soportamos una superpoblación de rapaces que debe ser controlada", ha denunciado el presidente de lala Real Federación Colombófila Española (R.F.C.E.), José María Vázquez.
Un factor que ha incidido en el incremento de esta clase de animales es "la suelta de ejemplares de halcones y azores criados en cautividad, que alteran el hábitat natural de una zona".
Según ha comentado a EFEverde, en los palomares entre el 35 y el 45 % de las aves se ven afectadas por el ataque de una rapaz, un hecho que suele ser más habitual en la zona norte del país.
"Toda la franja asturiana, por ejemplo, es un infierno y raro es el concurso de palomas en el que no llega alguna herida a la meta", se queja Vázquez.
Él mismo explica que en su propio palomar sufre "a diario" ataques de azor, el 40 % en casa, en el momento en que "los pichones empiezan a salir".
Y es que, en su opinión, las palomas adiestradas son auténticas "atletas", capaces de emprender sus vuelos durante largos intervalos de tiempo y a elevada altura, pero ésas son las mismas zonas donde las rapaces se sienten cómodas para realizar un ataque.
LA VISIÓN DE LOS CETREROS
Sin embargo, esta situación se ve de manera diferente desde la Asociación Española de Cetrería y de Aves Rapaces, cuyo secretario Esteban Martín ha asegurado a EFEverde que "es inevitable que se produzcan esos ataques, ya que los depredadores son animales que dependen de las presas para sobrevivir".
Martín advierte de que "no hay cetreros que dediquen sus esfuerzos a la caza de palomas", entre otras cosas porque es una de las aves "más difíciles de atrapar ya que su vuelo es muy rápido y están habituadas a convivir con las rapaces".
RAPACES O SILVESTRES, ¿Quién tiene "la culpa"?
Tras recordar que la cetrería es una actividad protegida por la UNESCO y considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2010, ha insistido en que su principal actividad consiste en entrenar a rapaces criadas en cautividad en la caza de las "especies silvestres que los cetreros quieren", entre las que destacan perdices, patos o liebres, entre otras.
"En los cotos donde vuelan los cetreros no hay palomas, aunque no se puede descartar que algún azor o halcón las ataque", ha declarado Martín, lo que puede ocurrir en "un caso cada dos años" y siempre en circunstancias en las que un cetrero particular convive con palomares cercanos a su zona de actuación.
"Si una rapaz de cetrero mata a una paloma es un hecho totalmente accidental", asegura, por lo que "si los ataques contra palomas han aumentado será por culpa del aumento de las rapaces silvestres, no las criadas por nosotros".
Respecto a la petición de controlar la sobrepoblación de rapaces, Esteban Martín ha comentado que "no se puede exigir a la Administración que controle la población silvestre; si atacan a sus palomas, la solución puede pasar por dejar de criarlas".
Así las cosas, la asociación colombófila ha confirmado que ya se encuentra elaborando informes sobre los ataques concretos producidos por ave rapaz para presentarlos ante el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente y exigir que tome medidas al respecto. EFE/María Verdú