En este sentido, subrayan que el adecuado empleo de la biodiversidad de los cultivos contribuye a mejoras para el agricultor en muchos sentidos: por ejemplo, a adaptarse a la fluctuaciones del mercado, a los cambios en el clima o a gestionar eficazmente las plagas.
«Pero en ocasiones surgen obstáculos que impiden el uso o la conservación de la biodiversidad», advierten los especialistas de BI.
En estos casos, ¿cómo podemos ayudar a los agricultores a superar estas dificultades y a desarrollar soluciones conjuntamente?, se pregunta la narradora del vídeo.
Los técnicos de BI proponen un sistema basado en cuatro categorías para ayudar a las comunidades de agricultores, los investigadores, los agentes locales y los responsables de la toma de decisiones a trabajar de manera conjunta para impulsar el uso de la diversidad biológica de los cultivos para optimizar la productividad y la resiliencia.
Dicho sistema se divide en cuatro categorías:
- Disponibilidad: esto es, qué diversidad existe en un cultivo o en una comunidad. Puede haber distintas especies y variedades o, por el contrario, puede ser que no haya suficientes. Es importante conocer qué tipo de especies hay, en qué cantidad y por qué.
- Accesibilidad: se trata de que los agricultores tengan a su disposición el tipo de biodiversidad que necesitan. Es posible que algunos gocen de una sobreabundancia de aquellas especies que requieren para su actividad, mientras que otros, por el contrario, carezcan de muchas de ellas por razones sociales o geográficas.
- Valor: esta categoría versa sobre qué opina la gente acerca de la biodiversidad de los cultivos. Puede ser que no exista la suficiente información sobre el valor de las variedades, pero la variedad puede ser mejorada mediante el riego, la conservación del suelo y la adecuada gestión del agua.
- Beneficio: consiste en conocer de dónde pueden obtener los agricultores los beneficios de su actividad. Algunas políticas podrían prevenir el comercio sencillo o algunos cultivos podrían no ser competitivos en el mercado.
A través del empleo de estas cuatro categorías, no solo sirve para poner en relieve las limitaciones, sino que también ayuda a identificar las soluciones. Y estas son numerosas, como los bancos de semillas, sensibilización, promoción del mercado…
Según destacan desde BI, lo relevante es que los agricultores forman parte del proceso de toma de decisión y que tanto las comunidades como las organizaciones locales reciben ayuda tanto de la comunidad investigadora como de los gobiernos a la hora de liderar la implementación de soluciones potenciales,
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