A partir de un procedimiento que transforma al aceite vegetal usado en biodiesel, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) de Argentina, en conjunto con empresas privadas está planeando mezclar un 20 por ciento de este combustible verde al ya producido a partir del grano de soja para su utilización en vehículos.
¿Cuáles son las dificultades que presenta el proceso?
Desde el sector de Proyectos Especiales del INTI informaron que Albardón Bío tiene el equipamiento necesario para incorporar hasta un 20 por ciento de aceite vegetal usado en la elaboración de biodiesel.
Se trata de un mecanismo de reciclado de este nocivo deshecho que, según un estudio realizado por Nicolás Apro, miembro del sector de cereales y oleaginosas del INTI, cada litro de aceite dispuesto incorrectamente tiene un potencial de contaminación de 10.000 litros de agua.
Desde el organismo estatal detallan que ya existen programas a nivel provincial, como el Plan Bio de la Provincia de Buenos Aires, que “buscan sacar de circulación del mercado informal y concentran el aceite vegetal usado de bares, restaurantes, hoteles y otras entidades en centros de acopio ubicados en puntos estratégicos de cada barrio que, además de estos aceites, reciben algún beneficio”.
Sin embargo, indican que la conversión del aceite en biodiesel “no es tan sencilla”, sobre todo si se pretende cumplir con los estándares de calidad que rigen desde la Secretaría de Energía a partir de la Resolución 828/10.
Para lograr los niveles de calidad, es necesario incorporar maquinaria específica como destiladoras al vacío de biodiesel que, además de ser costosas, emplean un gran gasto de energía para su purificación y posterior producción de diésel verde.
“Filtrar el aceite vegetal usado para dejarlo listo como materia prima para poder producir el biodiesel requiere de mucha complejidad”, explica el ingeniero químico Agustín Piccoletti, miembro de la gerencia de Proyectos Especiales del INTI.
El experto cuenta que mediante el uso de aceite vegetal para cocinar un alimento se desprenden impurezas “complicadas de eliminar”, entre ellas, “el agua que resulta de la deshidratación los alimentos, los ácidos grasos de la descomposición térmica de los triglicéridos y otros compuestos indeseados como acrilamidas y benzopirenos que resultan tóxicos para los seres humanos”.
“Todas esas impurezas indeseables hacen que la calidad de la materia prima sea mucho más baja que la del aceite de soja desgomado, utilizado tradicionalmente como punto de partida para la producción del diésel verde”, detalla Piccoletti.
Aclara que es posible producir biodiesel de aceites vegetales usados, pero la utilización de esta materia prima estará siempre sujeta a no cumplimentar los parámetros de calidad de la Secretaría de Energía o a involucrar una alta inversión para su tratamiento en instalaciones con tecnología de punta, y un alto consumo energético.
Es decir, la iniciativa es una buena alternativa para disponer y reciclar el aceite vegetal usado, no obstante, actualmente no se podría considerar como una posibilidad comercial para la elaboración de biocombustible.